Ya sólo chocaron tu cuerpo y el mío como dos pedernales. Al amanecer me sorprendí de que respiraras todavía.
El cuerpo es carta astral en lenguaje cifrado. Encuentras un astro y quizá deberás empezar a corregir el rumbo cuando nube huracán o aullido profundo te pongan estremecimientos.
El cuerpo, si se le trata bien, puede durar toda la vida.
Quítame la vida... Pero no tus besos, róbame la lluvia, pero no me niegues agua de tu cuerpo.
Atrás la tierra, el agua, el fuego, el aire: dejad que diga el pensamiento solo la flor sin cuerpo de mi voz desnuda.
Y mi cuerpo aun vestirá con tus caricias y mis ojos sin tus ojos son tan sólo esas lágrimas que empañan la sonrisa.
(...) El cuerpo leve de animal al roce será fecundo cuando las manos de este tiempo hagan de sed en propiedad de sed a los dos cuerpos.
Este es mi cuerpo, siento a mi alma. ¡En corazón abierto caen estrellas!
El cuerpo está destinado a ser visto, no a estar todo cubierto.
Recuerda, cuerpo, no sólo cuánto se te amó, no solo los lechos donde estuviste echado, más también aquellos deseos que, por ti, en miradas brillaron claramente y en la voz se estremecieron.
En la prostitución, el cuerpo no se vende, se emplea.
Soy más mortal que mi cuerpo...