Dibujaba como hablaba. Y en cualquier parte. Porque el dibujo también era un juego. Así que dibujaba en la calle, en las paredes, dibujaba con la tiza de las demoliciones, con los ladrillos, con carbón.
Dibujando de manera cómica me desembarazo de mis terrores.
Sin haber beneficiado de ninguna formación artística propiamente dicha, había aprendido a dibujar trazando planos a mano alzada y consideraba el dibujo libre como un trabajo de pura invención, salido directamente de la imaginación. Y fue en ese viaje educativo que comprendí cuán difícil es reproducir la naturaleza en toda su realidad substancial, de captar la verdad intrínseca; eso exige mucho esfuerzo, compromiso del cual uno se sustrae por vagancia – inventar es infinitamente más cómodo, menos cansador.
No dibujo lo que sueño, pero a veces sueño lo que dibujo. Cuando hablo de sueños no me refiero a sueños verdaderos sino a ideas que vienen como sueños y que luego yo plasmo en el papel. Digamos que sueño despierto.
Ahora es posible encontrar lectores en cualquier parte del planeta. Es necesario tenerlo presente. Para empezar, el dibujo es una forma de comunicación personal, pero esto no quiere decir que el artista se encierre en su burbuja: es comunicación consigo mismo, con los seres cercanos, pero también con gente desconocida. El dibujo es un medio para comunicarnos con la gran familia que no conocemos, el público, el mundo.
El dibujo debe ser entendido como expresión lineal. La soltura en materia de dibujo viene dibujando.
Es esencial al dibujar los cabellos, un previo esquema de la distribución de masas y dirección que llevan los mismos, y al pasarlo a pluma, mantendremos siempre esta idea procurando no caer en un excesivo detallismo ni una severa delimitación de los contornos para no endurecer nuestro dibujo, que ha de mantenerse siempre suelto y ágil.
Es cuestión de no pensar en nada, de fijar la mirada en la pared, de hacer otro dibujo.
Cuando una persona dibuja algo, ese algo vive, pero al fotografiarlo, muere. "El coleccionista" (1963), John Fowles
"El coleccionista" (1963) Frases de "El coleccionista" (1963) Frases de John Fowles
El dibujo se puede citar también entre las aptitudes particulares, porque casi es un don de nacimiento. Toda persona aplicada puede llegar a copiar regularmente un modelo; pero el dibujo de memoria o de imaginación resulta negado a gran número de individuos. Como sucede con la música, es ésta una laguna que se encuentra en personas muy inteligentes.
Una fotografía es algo real. Un dibujo es la realidad vestida por el imaginario propio, los propios fantasmas, la propia cultura, la propia vida. "Alex" (2011), Pierre Lemaitre
Frases de "Alex" (2011) Frases de Pierre Lemaitre
Qué decirnos que no fueran superficies e ilusiones, de qué hablar si no pasaríamos nunca al otro lado para cerrar el dibujo, si seguíamos buscándonos desde muertos y muñecas. "62/Modelo para armar" (1968), Julio Cortázar
"62/Modelo para armar" (1968) Frases de "62/Modelo para armar" (1968) Frases de Julio Cortázar