La pintura es poesía muda; la poesía pintura ciega.
La pintura es una poesía que se ve sin oírla; y la poesía es una pintura que se oye y no se ve; son, pues, estas dos poesías o, si lo prefieres, dos pinturas, que utilizan dos sentidos diferentes para llegar a nuestra inteligencia. Porque si una y otra son pintura, pasarán al común sentido a través del sentido más noble que es el ojo; y si una y otra son poesía, habrán de pasar por el sentido menos noble, es decir, el oído.
La pintura es más fuerte que yo, siempre consigue que haga lo que ella quiere.
Si la pintura no inquieta, ¿es una pintura?
La pintura es una poesía muda y la poesía una pintura ciega, y una y otra van imitando la naturaleza en cuanto les sea posible.
La pintura es la nieta de la naturaleza. Está relacionada con Dios.
No se trata de pintar la vida, se trata de hacer viva la pintura.
Después de todo, la pintura se ha de hacer tal como uno es.
El arte de la pintura consiste en aclarar y oscurecer los tonos sin decorarlos.
Cuando comienzas una pintura es algo que esta fuera de ti. Al terminarla, parece que te hubieras instalado dentro de ella.
El espectador debe adquirir conciencia de lo que la pintura tiene de sagrado, de modo que se descubra ante ella como en la iglesia.
La pintura es la amante de la belleza y la reina de las artes.