Sí, ya he oído todo. Ahora sólo me falta callarme. "Voces" (1943), Antonio Porchia
"Voces" (1943) Frases de "Voces" (1943) Frases de Antonio Porchia
No es la voz que ordena la historia, es el oído.
Ay, también a vosotros, almas grandes, os susurra él al oído sus siniestras mentiras.
Cuando el diablo se mezcla en los asuntos humanos para arruinar una existencia o trastornar un Imperio, es muy extraño que no se halle inmediatamente a su alcance algún miserable al que no hay más que soplarle una palabra al oído para que se ponga seguidamente a la tarea.
Aunque mentir es una práctica universal, no recuerdo haber oído tres buenas mentiras en toda mi vida ni aun en aquellos que más celebrados eran por esta facultad.
Hay muertos que no se van ni al cielo ni al infierno ni a ningún lado se quedan aquí para contarnos al oído la verdadera historia del mundo.
Y no habré oído nunca lo que nadie me dijo: tu nombre, poesía.
"Tal vez", dijo, sin volverse, "tal vez tus oídos imaginan haber oído lo que tus ojos han visto". "Opiniones de un payaso" (1963), Heinrich Boll
Frases de "Opiniones de un payaso" (1963) Frases de Heinrich Boll
El silencio es tan profundo que casi hace daño en los oídos. "After Dark" (2004), Haruki Murakami
"After Dark" (2004) Frases de "After Dark" (2004) Frases de Haruki Murakami
Con cada palabra que escribo, estoy un poco más cerca de hallar las correctas. Y cuando vea de nuevo a Ky, lo cual sé que sucederá, le susurraré al oído las palabras que he escrito. Y éstas dejarán de ser polvo y cenizas y cobrarán vida. "Juntos" (2010), Ally Condie
"Juntos" (2010) Frases de "Juntos" (2010) Frases de Ally Condie
Escuchar es lo más peligroso, es saber, es estar enterado y estar al tanto, los oídos carecen de párpados que puedan cerrarse instintivamente a lo pronunciado, no pueden guardarse de lo que se presiente que va a escucharse, siempre es demasiado tarde. "Corazón tan blanco" (1992), Javier Marías
Frases de "Corazón tan blanco" (1992) Frases de Javier Marías
Por ejemplo, Edipo: supongamos que en vez de haberle arrancado los ojos le hubieran reventado los tímpanos. En realidad habría sido más lógico, puesto que fue por medio de los oídos como conoció la atroz verdad de su pasado, pero no habría tenido el mismo efecto catártico. Podría inspirar compasión, quizás, pero no terror. "La vida en sordina" (2007), David Lodge
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