Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar.
Ofensa hace a los buenos el que a los malos perdona.
El que perdona con facilidad invita a ofensa.
La ofensa más atroz que se puede inferir al hombre es negarle que sufra. "El oficio de vivir" (1952), Cesare Pavese
"El oficio de vivir" (1952) Frases de "El oficio de vivir" (1952) Frases de Cesare Pavese
Cuando alguien me ha ofendido trato de elevar mi alma muy alto para que la ofensa no la alcance.
El hombre que olvida una ofensa, no la perdona, la olvida, pues el perdón parte de un sentimiento heroico, de un corazón noble, de un espíritu generoso, mientras que el olvido viene de una debilidad de la memoria, o de la despreocupación, amiga de un alma pacífica, y frecuentemente, de la necesidad de calma y de tranquilidad; en efecto, el odio, a la larga, mata al infortunado que se complace en alimentarlo.
Como os explicaba, vuestro escrúpulo es fácil de destruir. Aquí estáis segura de un pleno secreto y el mal no consiste nunca sino en el escándalo que promueve. Sí; el escándalo del mundo es lo que produce la ofensa, y no es pecar, pecar a calladas.
Ella tenía una manera de considerar la vida que a él le parecía una ofensa personal. "Retrato de una dama" (1881), Henry James
"Retrato de una dama" (1881) Frases de "Retrato de una dama" (1881) Frases de Henry James
(...) Pero un sufrimiento aún mayor vino a amargar mis días. Al creerme arruinado, todos aquellos a quienes mi opulencia humilló me cubrían ahora de ofensas, como se cubre de inmundicia la estatua derribada de un príncipe depuesto.
Frases de José Maria Eca de Queirós
Pero pensaba en lo que me aconsejaba mi padre: "Si te ofenden, defiéndete; pero sin llegar nunca a pelearte".
¿Te atreverías a decir algo ofensivo de mí? ¡Que no he sabido llevar el Cargo y Data! ¿Y qué? ¿Quién te ha dicho a ti que las señoras son tenedoras de libros? El no llevar cuentas ni apuntar nada, no era más que la forma natural de mi generosidad sin límites. Yo dejaba que todo el mundo me robase; veía la mano del ladrón metiéndose en mi bolsillo, y me hacía la tonta...Yo he sido siempre así. ¿Es esto pecado? El Señor me lo perdonará. Lo que Dios no perdona, Benina, es la hipocresía, los procederes solapados, y el estudio con que algunas personas componen sus actos para parecer mejores de lo que son. Yo siempre he llevado el alma en mi rostro, y me he presentado a los ojos de todo el mundo como soy, como era, con mis defectos y cualidades, tal como Dios me hizo... ¿Pero tú no tienes nada que contestarme? ¿O es que no se te ocurre nada para defenderte?
No ofende quien quiere, sino quien puede. "Los renglones torcidos de Dios" (1979), Torcuato Luca De Tena
Frases de "Los renglones torcidos de Dios" (1979) Frases de Torcuato Luca De Tena