Mis antecesores, en seis años, no nombraron nunca a un obrero en nada, y ahora quieren hacer creer a los trabajadores que las empresas deben ser de su propiedad. Les dicen que ellos deben ser dueños del cobre, del carbón, del salitre. ¡cómo andaría el país!
Pequeña patria mía, dulce tormenta, un litoral de amor elevan mis pupilas y la garganta se me llena de silvestre alegría cuando digo patria, obrero, golondrina.
No se puede acabar con el capitalismo sin acabar con la ideología socialdemócrata en el movimiento obrero.
El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan.
Un obrero sin trabajo, no importa que sea o no sea marxista, no importa que sea o no sea cristiano, no importa que no tenga ideología política, es un hombre que tiene derecho al trabajo y debemos dárselo nosotros.
Siempre he sabido que seré obrero en la viña, al igual que todos mis contemporáneos, conscientes de ello, o inconscientes.
(..) Ahora si me preguntasen qué prefiero, mi respuesta no tardaría en salir de mí: me gusta más mi nombre de pueblo. Cuando un pibe me nombra Evita me siento madre de todos los pibes y de todos los débiles y humildes de mi tierra. Cuando un obrero me llama Evita me siento con gusto compañera de todos los hombres.
También la educación es privilegio de minorías. ¿Qué educación recibe el obrero que a los trece años baja a las minas o va a cultivar el campo?
En la armonía, el obrero, el labrador y el consumidor son un solo y el mismo personaje, que no tiene interés alguno en protegerse a sí mismo, como en la civilización, en la cual cada uno tiende a provocar esas conmociones industriales causadas por los cambios de moda, y a fabricar malas telas y malos muebles, a fin de aumentar el consumo, de doblarlo, y enriquecer a los comerciantes a costa de la masa y de la riqueza real.
Los obreros gastan lo que ganan, mientras que los capitalistas ganan lo que gastan.
Por la calle pasa un obrero. ¡Qué firme va! No tiene blusa. En el cuento, en el drama, en el discurso político, el dolor del obrero está en su blusa azul, de paño grueso, en las manos gruesas, en los pies enormes, en los desconsuelos enormes.
Frases de Carlos Drummond de Andrade
No me considero atado ni siquiera al realismo...La realidad puede ser un punto de partida pero no de llegada...Frente a ella no me considero un copista sino un intérprete. Siempre entendí que el artista debe reflejar en sus obras el estado de la época en que vive de ahí que mis cuadros representen siempre una escena de intensa actividad humana. Mi tema, mi especialidad es el puerto y el obrero, creo que es mi deber como argentino pintar lo nuestro, este puerto y sus hermosas gentes.