No hables mal de las mujeres: la más humilde, te digo que es digna de estimación, porque, al fin, de ellas nacimos.
Frases de Pedro Calderón De La Barca
Me sentía humillado y ofendido por la vida. ¿Cómo era posible que estuviese en aquella actividad, la más antipoética del mundo? Después de dos o tres años comencé a ser más humilde, a decirme: "que se vaya al carajo el poeta".
Dios quiere sin duda mucho a la gente humilde; pues de ser lo contrario, no los habría hecho tan numerosos.
Después de las derrotas y las cruces, los hombres se vuelven más sabios y más humildes.
Quiero rebelar a los pueblos. Quiero incendiarlos con el fuego de mi corazón. Quiero decirles la verdad que una humilde mujer del pueblo - ¡La primera mujer del pueblo que no se dejó deslumbrar por el poder ni por la gloria!
Si no puedes tú ser sol, sé el planeta humilde. "La voz del silencio" (1889), Helena Blavatsky
Frases de "La voz del silencio" (1889) Frases de Helena Blavatsky
El humilde alacrán pico al rey.
Frases de Doménico Cieri Estrada
La vida humilde tiene sus dulzuras: es grato, en una mañana de sol alegre, con la servilleta al cuello, delante de un bistec con patatas, desdoblar el "Diario de las Noticias" durante las tardes de verano, en los bancos gratuitos del paseo, se gozan suavidades de idilio; y es sabroso, de noche, en Martiño, mientras se toma a sorbos el café, oír a los charlatanes injuriar a la patria.
Frases de José Maria Eca de Queirós
Movió la cabeza, mientras se alejaba, diciendo "Los más grandes son siempre los más humildes". Eso me alegó el corazón, no por sentirme grande, sino por la bondad de esa mujer.
Tenía la extraña sensación de ser más humilde que el más insignificante de los peces del mar, y, al mismo tiempo, más fuerte que la más impresionante montaña de la tierra. "Extraños en un tren" (1950), Patricia Highsmith
"Extraños en un tren" (1950) Frases de "Extraños en un tren" (1950) Frases de Patricia Highsmith
Mi padre era un hombre muy humilde. Jamás quiso reconocer que era mi padre.
Un guerrero no es más que un hombre. Un hombre humilde. No puede cambiar los designios de su muerte. Pero su espíritu impecable, que ha juntado poder tras penalidades enormes, puede ciertamente detener a su muerte un momento, un momento lo bastante largo para permitirle regocijarse por última vez en el recuerdo de su poder. Podemos decir que ése es un gesto que la muerte tiene con quienes poseen un espíritu impecable. "Viaje a Ixtlán" (1973), Carlos Castaneda
"Viaje a Ixtlán" (1973) Frases de "Viaje a Ixtlán" (1973) Frases de Carlos Castaneda