Alzó la vista cuando una mano se posó sobre su hombro. La otra madre la miraba fijamente con sus grandes ojos de botones negros. "Coraline" (2002), Neil Gaiman
"Coraline" (2002) Frases de "Coraline" (2002) Frases de Neil Gaiman
Pulsó con fuerza el botón del ascensor. Compraría un billete de avión. La libertad que buscaba era suya y sólo suya, (...), y estaba convencida de que la encontraría. Si se le cerraba una puerta, encontraría otra que poder abrir. El ascensor gemía como el viento mientras se dirigía a su encuentro. "Out" (1997), Natsuo Kirino
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La televisión no es nada ni peligroso, ni terrible. Hay un botón en el que se apaga y se acabó el problema.
Deja en su musgo errar mis dedos, ahí donde brilla el botón de rosa: déjame, entre la hierba clara, beber las gotas de rocío, ahí donde la tierna flor está rociada; para que el placer, amada mía, ilumine tu frente cándida como, al alba, el azul tímido.
Sin silencio no es posible apreciar realmente la vida, cuyas fibras más sutiles son tan delicadas como in botón de rosa.
¿Por qué de un tiempo a esta parte para encender una tele hacen falta tres mandos a distancia con noventa botones?
Sus ojos grandes, redondos y negros tiempos después todavía estaban pegados en nosotros como botones...
Los botones del sauce se abren el maestro y yo escuchamos la campana.
Si la cosa sigue así, al hombre se le atrofiarán todos los miembros salvo el dedo de apretar botones.
Se le va a pudrir encima ese saco de cuatro botones. "La Hojarasca" (1955), Gabriel García Márquez
"La Hojarasca" (1955) Frases de "La Hojarasca" (1955) Frases de Gabriel García Márquez
De pronto sentí los dedos ansiosos que me soltaban los botones de la camisa, y sentí el olor peligroso de la bestia de amor acostada a mis espalda. "Crónica de una muerte anunciada" (1981), Gabriel García Márquez
"Crónica de una muerte anunciada" (1981) Frases de "Crónica de una muerte anunciada" (1981) Frases de Gabriel García Márquez
El limonero real está siempre lleno de azahares abiertos y blancos, de botones rojizos y apretados, de limones maduros y amarillos y de otros que todavía no han madurado o que apenas si han comenzado a formarse. "El limonero real" (1974), Juan José Saer
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