Es automático, cuando uno tiene dinero, siempre se ve acompañado por mujeres. "Nos vemos allá arriba" (2014), Pierre Lemaitre
Frases de "Nos vemos allá arriba" (2014) Frases de Pierre Lemaitre
El que va acompañado de una linda mujer sabe que los amigos hallados en la calle tienen siempre más cosas que decir que cuando vamos solos.
Frases de Enrique jardiel Poncela
Al deseo, acompañado de la idea de satisfacerse, se le denomina esperanza; despojado de tal idea, desesperación. "Leviatán" (1651), Thomas Hobbes
"Leviatán" (1651) Frases de "Leviatán" (1651) Frases de Thomas Hobbes
Es bueno sentirse acompañado, apoyado y sobretodo rodeado de gente sincera, es así como te mantienes con los pies pegados al suelo.
Siempre he escrito sin saber para quién, suponiendo la posibilidad de que alguien llegara a leer lo que yo escribía. El silencio me ha acompañado siempre y no por eso yo he dejado de escribir. Ahora mismo estoy trabajando - escribiendo, claro - sobre la utopía, para nadie y para nada. Como una especie de testamento político e intelectual. O sea, para el futuro y para que no se pierda del todo mi pensamiento, si es que a mis cuatro ideas (¡más bien, a mis cuatro dudas!) se les puede otorgar esa calidad: la de ser un pensamiento.
Después pinto un poco. Hay tranquilidad y silencio en estos días y aprovecho que puedo concentrarme. La soledad. Quizás uno escribe y pinta no solo para crear un espacio de libertad alrededor, sino también para sentirse acompañado. No exactamente para romper la soledad. No se trata de eso. La soledad siempre esta ahí. La siento, la toco, hablo con ella. Forma parte de mi vida. La soledad es inevitable. Y ayuda. Me concentro más. Soy más yo cuando convivimos bien apretaditos: la soledad y yo. Nos adoramos. No podría viví sin la soledad.
Frases de Pedro Juan Gutiérrez
¿Por qué, en general, se rehúye la soledad? Porque son muy pocos los que encuentran compañía consigo mismos.
El libro enriquece igualmente la soledad y la compañía... La vida muere, los libros permanecen.
-Váyase al carajo. -Bueno, para allá vamos. Usted viene conmigo. "La casa de los espíritus" (1982), Isabel Allende
"La casa de los espíritus" (1982) Frases de "La casa de los espíritus" (1982) Frases de Isabel Allende
(...) Y se dispuso a batirse rabioso contra sus propios demonios frente a la mesa de billar. Pasaron los minutos mientras ejecutaba tiros con eficacia implacable. Uno tras otro, tras otro, tras otro, acompañado tan sólo por el ruido de las bolas al rebotar contra las bandas y el sonido seco del choque del marfil. Controlando, calculando, decidiendo como hacía siempre. O como casi siempre. Hasta que, desde la puerta, una voz sonó a su espalda. "La templanza" (2015), María Dueñas
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Estar solo fortalece. Santa verdad. Y consuelo de necios, pues aunque quisiera estar acompañado ésta es la hora en que nadie se acerca a mi sombra. "Los detectives salvajes" (1998), Roberto Bolaño
"Los detectives salvajes" (1998) Frases de "Los detectives salvajes" (1998) Frases de Roberto Bolaño
(...) Estaba ya a punto de darse el chisquerazo fatal con su fiel Zippo, que le había acompañado por entre la maleza de Normandía, las Ardenas, Alemania y la Norteamérica posbélica, cuando oyó una llave en la cerradura y voces en la puerta. Eran su mujer y cierto sujeto a quien no tardó en reconocer, dado que era el experto en rendimiento de Yoyodyne por culpa del cual le habían sustituido por un IBM 7094. Intrigado por la ironía de la situación, se quedó en la cocina y permaneció a la escucha, dejando la corbata dentro de la gasolina, a modo de mecha. Por lo que pudo deducir, el experto en rendimiento quería tener comercio carnal con su mujer en la alfombra de tafilete del salón. A ella no le disgustaba la idea. El ejecutivo oyó risas lascivas, cremalleras, golpes sordos de zapatos, respiración agitada, gemidos. Sacó la corbata de la gasolina y se puso a reír con risa mal disimulada. Cerró el Zippo. "Oigo risas", dijo de pronto la mujer. "Huele a gasolina", dijo el experto en rendimiento. Entraron en la cocina cogidos de la mano y desnudos. "Estaba a punto de convertirme en bonzo", les explicó el ejecutivo. "Y ha tardado casi tres semanas en decidirse", dijo con asombro el experto en rendimiento. " ¿Sabes cuánto tardaría el IBM 7094? Doce microsegundos. No me extraña que te sustituyeran". "La subasta del lote 49" (1966), Thomas Pynchon
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