Uno puede estar a favor de la globalización y en contra de su rumbo actual, lo mismo que se puede estar a favor de la electricidad y contra la silla eléctrica.
La globalización supone un crecimiento económico sostenido. En caso contrario, el proceso pierde sus beneficios económicos y su apoyo político.
El discurso ideológico de la globalización busca ocultar que ella viene robusteciendo la riqueza de unos pocos y verticalizando la pobreza y la miseria de millones. "Pedagogía de la Autonomía" (1996), Paulo Freire
"Pedagogía de la Autonomía" (1996) Frases de "Pedagogía de la Autonomía" (1996) Frases de Paulo Freire
Si la globalización significa la superación de las fronteras, la apertura sin restricciones al libre comercio, que desaparezca entonces quien no pueda resistir. No se indaga, por ejemplo, si en momentos anteriores de la producción capitalista las sociedades que hoy lideran la globalización eran tan radicales en la apertura que ahora consideran una condición indispensable para el libre comercio. "Pedagogía de la Autonomía" (1996), Paulo Freire
"Pedagogía de la Autonomía" (1996) Frases de "Pedagogía de la Autonomía" (1996) Frases de Paulo Freire
(...) Claro que es una enfermedad; en la práctica, un rechazo del otro porque es la aspiración completamente utópica de ir hacia sociedades racial, religiosa o ideológicamente homogéneas. Y eso no es democrático y, además, no es realista, porque todas las sociedades han evolucionado y se han diversificado extraordinariamente, que es lo que la globalización significa, un fenómeno del que nadie puede apartarse.
El fenómeno de la globalización actual, en su afán de unificar los mercados, está poniendo en peligro las variedades culturales, su identidad, además de deteriorar su capacidad creativa.
Tal vez el peor aspecto de la globalización sea la infantilización del género humano. "Contra el fanatismo" (2006), Amos Oz
"Contra el fanatismo" (2006) Frases de "Contra el fanatismo" (2006) Frases de Amos Oz
Uno escribe para esclarecer la mente de un individuo, del ciudadano de a pie. Además, es una cuestión de conciencia. Si yo estoy en contra de la globalización de la economía, de la corrupción y de la hipocresía, lo digo y lo escribo. Justamente las causas en las que creo y que son derrotadas son las que me impulsan, porque gracias a que las defiendo puedo dormir tranquilo.
Vivimos en una sociedad globalizada, donde ya no estamos tan lejos los unos de los otros.
La globalización no tiene que ver con el neoliberalismo, sino que debe ser un sistema mundial con control político de la economía, que pueda permitir que al bajar los subsidios a la agricultura en Europa pueda subir los seguros sociales de indonesia, por ejemplo.
El ser humano, con su inteligencia prodigiosa, ha creado tres grandes monstruos que se le han escapado de las manos: la tecnología, la política y la economía. Operan en el mundo globalizado de manera autónoma y fuera del control de cualquier grupo humano.
La literatura es el primer fenómeno globalizador. Ya sé que el concepto de la globalización se maneja ahora como un descubrimiento, pero sólo hace falta leer a Esquilo, o a Shakespeare, por citar dos ejemplos, para darse cuenta de que la literatura, el teatro, son el vehículo para hablar del hombre y de sus incertidumbres y de sus escapatorias.