Una golondrina no hace verano.
Con las lluvias del verano. El agua estancada y el río se juntan.
Las montañas y el jardín se van adentrando hasta mi habitación en verano.
Los insectos de verano caen muertos sobre mis libros.
El niño duerme frente a las olas de verano en el cochecito.
Flores en primavera, la luna en otoño, una brisa fresca en verano, nieve en invierno. Si tu mente no está ocupada de cosas innecesarias, ésta es la mejor estación de tu vida.
Veinte mil personas sin abrigo la luna de verano.
Pide que el camino sea largo. Que sean muchas las mañanas de verano en que llegues, ¡con qué placer y alegría! , a puertos antes nunca vistos.
Ya no llores, Verano! En aquel surco muere una rosa que renace mucho...
¡Las flores silvestres del verano! En saga las bellas mujeres de muchas tumbas.
Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho. Si digo manzana no es la maravilla innombrable que enamora el verano, si digo árbol apenas me acerco a lo que saben las aves, el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que así lo nombro.
Leí a Tiutschev, y, por primera vez en mi vida, escribí versos, ya no en forma esporádica sino a menudo y sistemáticamente, tal como se pinta o se compone música. Fue en la espesura de ese árbol donde, durante los dos o tres meses de verano, escribí los versos de mi primer libro. "Yo recuerdo" (1957), Borís Pasternak
"Yo recuerdo" (1957) Frases de "Yo recuerdo" (1957) Frases de Borís Pasternak