La universidad debiera insistirnos en lo antiguo y en lo ajeno. Si insiste en lo propio y lo contemporáneo, la universidad es inútil, porque está ampliando una función que ya cumple la prensa.
En la universidad no les dicen que la ley más importante de todas es aprender a tolerar a los tontos.
La verdadera universidad de hoy en día es una colección de libros.
La universidad con salsa boloñesa, es la muerte de la universidad. La universidad era un templo de sabiduría. Esto que hacen ahora es una escuela politécnica. Han dado la universidad a los financieros y los financieros lo que quieren es ganar dinero. Eso implica que lo que se enseña es saber hacer cosas, pero no saber cómo son las cosas.
Hay profesiones para las que, normalmente, se va a la universidad, se obtiene un diploma y ahí se acaba el estudio. Durante el resto de la vida se debe, simplemente, administrar lo que se ha aprendido. En el periodismo, en cambio, la actualización y el estudio constantes son la conditio sine qua non. Nuestro trabajo consiste en investigar y describir el mundo contemporáneo, que está en un cambio continuo, profundo, dinámico y revolucionario. Día tras día, tenemos que estar pendientes de todo esto y en condiciones de prever el futuro. Por eso es necesario estudiar y aprender constantemente.
Fue muy, muy difícil dejar la universidad por la música, porque mis padres obviamente no querían que la dejara. Mi padre se puso furioso conmigo, totalmente furioso. Estoy seguro de que no se habría vuelto tan loco si me hubiera enrolado como voluntario en el ejército. Cualquier cosa menos esto.
Cuando estudiaba en la universidad me lo tomaba con mucha calma. Estudiaba un poco de teatro japonés, un poco de filosofía griega, astronomía... Todo muy relajado. Era un poco holgazán, casi diría que un vago profesional. Era muy pobre, un don nadie, pero era muy feliz. Y de repente todo esto. Lo manejo muy mal, porque no sé cómo ser un profesional. Estoy aprendiendo a ser profesional, la verdad, pero no tengo ninguna habilidad para hacerlo.
Entré en la Universidad, donde me distinguí por los frecuentes novillos que hacía, como he referido en otro lugar. Escapándome de las cátedras, ganduleaba por las calles, plazas y callejuelas, gozando en observar la vida bulliciosa de esta ingente y abigarrada capital. Mi vocación literaria se iniciaba con el prurito dramático, y si mis días se me iban en flanear por las calles, invertía parte de las noches en emborronar dramas y comedias. Frecuentaba el Teatro Real y un café de la Puerta del Sol, donde se reunía buen golpe de mis paisanos.
Debería poder decir que la universidad me produjo mucha angustia, que me preocupaban mi futuro y el sentido de mi vida: la niña rica, mimada y protegida, se tiene que enfrentar con los grandes libros del mundo occidental y se ve arrollada por su propia banalidad. "El rapto del cisne" (2009), Elizabeth Kostova
Frases de "El rapto del cisne" (2009) Frases de Elizabeth Kostova
Los estudiantes tienden a pensar que hay un corte entre la universidad y lo que viene después. Pero no es así; hay una continuidad entre la universidad y la vida. Yo todavía me siento un estudiante.
La universidad debe enseñar a aprender.
La gente no se gana la vida haciendo lo que aprendió en la universidad. "Reflexiones sobre calidad" (1995), Phil Crosby
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