Los académicos hablan constantemente de duda y suspensión del juicio, del peligro de determinaciones precipitadas, de limitar las investigaciones del entendimiento a unos confines muy estrechos y de renunciar a todas las especulaciones que no caen dentro de los límites de la vida y del comportamiento comunes.
Nueve décimas partes de la sabiduría provienen de ser juicioso a tiempo.
El niño no puede adquirir un juicio sano más que estando continuamente ejercitado a formarlo y a probarlo prácticamente.
No basta el gusto para apreciar bien las obras de arte; es necesario el juicio, y un juicio ejercitado.
Entre el espíritu y el alma está la imaginación, que participa del uno y de la otra. Entre el espíritu y la imaginación está el juicio, está el gusto.
El ingenio no debe ser más exigente que el gusto, ni el juicio más severo que la conciencia.
A menudo las apariencias engañan, señor mío, y lo mejor es dejar el juicio sobre una persona a esa misma persona. Nadie puede conocer tan bien como él mismo a un hombre que ha visto y vivido tanto.
Todo juicio se sustenta en nuestras pasiones.
El artista no sabe quién le empuja, cuál es su referencia, por qué escribe o por qué pinta, por qué razón dejaría de hacerlo. En mi caso estaba bastante claro. Yo escribía para ella. Y cuando faltó su juicio, me faltó la referencia. Dejé de hacerlo, dejé de escribir, y esta situación duró años. En ese tiempo pensé a veces que todo se había terminado.
Quiero estar en la sala. Me encantan los juicios por asesinato, los juicios importantes en los que hay una vida en juego y la presión es tan enorme que se respira en el ambiente. Cuando la sala está abarrotada y se toman grandes medidas de seguridad. Donde la mitad del público odia al acusado y a sus abogados y la otra mitad reza para que se salve. Me encanta. Y éste es el juicio de los juicios.
El juicio es infalible. "Poesías II" (1870), Conde de Lautréamont
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Los juicios sobre las personas no son jamás decisivos, surgen de resúmenes que inmediatamente hacen pensar en la necesidad de una reconsideración. "El mar, el mar" (1978), Iris Murdoch
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