Estados Unidos está muy cerca de ser lo que los socialistas utópicos del siglo XIX andaban buscando. Una sociedad en la que todos tienen libertad política, tiempo libre y dinero para expresar sus anhelos.
Mi única duda es saber si Estados Unidos acabará con el mundo o si el mundo va a acabar con Estados Unidos.
Los Estados Unidos tiene el mercado de vinos más grande del mundo.
He visto la guerra y la he odiado. Digo esto una y otra vez. Espero que Estados Unidos se mantenga fuera de esta guerra.
Estados Unidos es el país más inventiva en el mundo. ¿Por qué? Porque todo el mundo tiene acceso a la información.
Al morir dejo dos vencedores, dos Hércules en ciernes: Rusia y Estados Unidos de América.
Cualquier amigo de la libertad ha de revolverse como lo hago yo contra la perspectiva de convertir a los Estados Unidos en un campo armado, por la visión de las cárceles repletas por consumidores de drogas y por un ejército de burócratas con el poder de invadir la libertad de los ciudadanos, basándose en una evidencia somera.
Los Estados Unidos de Norteamérica parecen destinados por la Providencia a plagar la América toda de miserias en nombre de la libertad.
A veces la gente me llama idealista. Bien, de esta manera, sé que soy norteamericano. Estados Unidos es la única nación idealista del mundo.
La mejor prueba de que en los Estados Unidos cualquiera puede llegar a presidente, la tenemos en su presidente.
Somos un país donde todos los que vinieron aquí rompieron raíces antiguas al dejar su país natal. Eso crea una ansiedad a largo plazo. Así que en los Estados Unidos la renuncia a provocar un disturbio siempre está ahí sentada, en oposición al otro gran deseo estadounidense, que es expresarse a uno mismo, ser libre y tener libertad de palabra.
Tengo malas noticias para ustedes. Esta misma noche Martin Luther King ha sido asesinado a quemarropa. Para aquellos de vosotros que sois negros y que os sentís tentados de dejaros llevar por el disgusto y el odio por la injusticia de semejante acto contra todos los hombres blancos, sólo os puedo manifestar que siento en mi corazón el mismo sentimiento. Pero lo que necesitamos en Estados Unidos no es división; lo que necesitamos no es odio; sino amor y sabiduría y compasión hacia el prójimo, y un sentimiento de justicia hacia todos los que sufren, sean blancos o negros. Por ello, esta noche os voy a pedir que volváis a casa para rezar una oración por la familia de Martin Luther King, sin duda, pero también una oración por vuestro país, al que todos queremos tanto, un rezo por el entendimiento y la compasión de la que os he hablado. Dediquemos nuestro empeño a lo que los griegos escribieron hace ya tantos años: mitigar el salvajismo de los humanos e intentar hacer gentil la vida en este mundo.