Los médicos como la cerveza, mejor cuanto más viejos.
Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para tomar cerveza. Estamos aquí para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos.
Manten el corazón y la cerveza negra siempre a mano.
Tenemos un trato con el banco: ellos no sirven cerveza y nosotros no aceptamos cheques. "Quemando cromo" (1986), William Gibson
Las cejas de Hércules Poirot se alzaron cuando le presentaron la tarjeta del inspector Morton, de Berkshire. Hazle pasar, Jorge, hazle pasar, y trae... ¿Qué es lo que prefieren los policías? -Creo que cerveza, señor. - ¡Qué horrible! Pero muy británico. Trae cerveza. "Después del funeral" (1953), Agatha Christie
Frases de "Después del funeral" (1953) Frases de Agatha Christie
(...) Lo que él realmente necesitaba era una botella de cerveza helada, con la etiqueta un poco mojada y esas gotas frías tan hermosas sobre la superficie del vaso.
No se puede tener un país de verdad a menos que tenga una cerveza y una aerolínea -ayuda si tiene un equipo de fútbol o alguna arma nuclear- pero por lo menos debe tener una cerveza.
Concentrado le miraba a los ojos, él sonreía como si la locura de un regocijo le ensanchara el alma, a momentos empalidecía; bebió dos vasos de cerveza uno tras otro, enjugóse los labios con el dorso de la mano y dijo con una voz que no parecía suya: - ¡Es linda vida! -Sí, la vida es linda. "El juguete rabioso" (1926), Roberto Arlt
"El juguete rabioso" (1926) Frases de "El juguete rabioso" (1926) Frases de Roberto Arlt
Todo era muy propio de la morada de uno de los campesinos de la región, gente recia, tosca, con calzón corto y polainas. Esas salas y esos hombres sentados en ellas ante un jarro de cerveza espumeante abundan en el país... "Cumbres borrascosas" (1847), Emily Brontë
"Cumbres borrascosas" (1847) Frases de "Cumbres borrascosas" (1847) Frases de Emily Brontë
Cuando todos se vayan a otros planetas yo quedaré en la ciudad abandonada bebiendo un último vaso de cerveza, y luego volveré al pueblo donde siempre regreso como el borracho a la taberna y el niño a cabalgar en el balancín roto.
La cerveza es un amanecer en los párpados.
Y he aquí una mano, mi fiel amigo, y danos una de tus manos, y ¡echemos un cordial trago de cerveza por los viejos tiempos!