Nada es tan desconsolador, para un libro, como morir virgen. A mí, casi me sucedió.
Frases de Manuel Mujica Láinez
¿Quién abrió una ruta por el mar virgen y fuera del alcance de los desgraciados mortales, quién exiló hacia las olas a los piadosos hijos de la tierra firme y los arrojó al voraz piélago, con audaz inventiva?
La persona que tiene la mirada virgen seguro que no se equivoca cuando elige un cuadro.
Estaba un poco nervioso. Empezaba también a excitarme, pero sobre todo tenía los nervios de punta. Si he de serles sincero les diré que soy virgen. "El guardián entre el centeno" (1951), Jerome David Salinger
"El guardián entre el centeno" (1951) Frases de "El guardián entre el centeno" (1951) Frases de Jerome David Salinger
La historia pertenece al pueblo. Ellos son más racionales que los jueces porque sus sentimientos son vírgenes y sus emociones son gratuitas.
La Virgen es nuestra auténtica educadora en el camino de la fe.
Dos velas tengo encendidas en el altar de mi alma, y en él adoro a una virgen que tiene tu misma cara.
Cada cosa que existe es una virgen que ha de ser amada para hacerse fecunda.
Frases de José Ortega y Gasset
Asumamos la actitud de vírgenes. Así nos quieren ellos. Forniquemos mentalmente, suave, muy suave, con la piel de algún fantasma. "Poemas de la izquierda erótica" (1973), Ana María Rodas
"Poemas de la izquierda erótica" (1973) Frases de "Poemas de la izquierda erótica" (1973) Frases de Ana María Rodas
Se llega virgen a todos los acontecimientos de la vida. Tengo miedo de no saber cómo arreglármelas con mi dolor. "Fuegos" (1936), Marguerite Yourcenar
"Fuegos" (1936) Frases de "Fuegos" (1936) Frases de Marguerite Yourcenar
Si la pureza de una mujer se quebrantaba al momento de perder la virginidad, significaba que lo más impuro del mundo era un pene y ella no estaba de acuerdo. "Tan veloz como el deseo" (2001), Laura Esquivel
"Tan veloz como el deseo" (2001) Frases de "Tan veloz como el deseo" (2001) Frases de Laura Esquivel
Era una hermosísima muchacha de la nobleza polaca. Tenía una voz tan dulce como la de los ángeles y, al oírla, los heridos volvían hacia ella sus ojos moribundos, creyendo ver a la Virgen. "Las once mil vergas" (1907), Guillaume Apollinaire
"Las once mil vergas" (1907) Frases de "Las once mil vergas" (1907) Frases de Guillaume Apollinaire