La utopía es pensar y anhelar algo que parece imposible algo digno de la condición de los hombres. Ponerse a trabajar, marginalmente en la utopía, pero tomando las precauciones para que nunca se cumpla del todo.
¿Qué nos faltó para que la utopía venciera a la realidad? ¿Qué derrotó a la utopía?
¿Qué es lo que busca a fin de cuentas? El máximo de amor y de placer, como un sueño o idea, es una utopía. Esto lo entiende perfectamente, por eso está triste. Su tristeza también es profunda, una profunda tristeza humana, una tristeza infinita, imposible librarse de ella.
Seguir a otro, por más sabio que sea, nos impide descubrir las formas del "yo". La persecución de la promesa de una utopía preconcebida ciega totalmente la mente que no se da cuenta de su propia acción restrictiva nacida de su deseo de confort, de autoridad, de que otro le ayude. El sacerdote, el político, el abogado y el militar, todos están para "ayudarnos", pero esa ayuda destruye la inteligencia y la libertad. La ayuda que necesitamos no está fuera de nosotros; no debemos suplicar ayuda, la ayuda llega sin que la busquemos cuando somos humildes y entregados a nuestro trabajo, cuando estamos abiertos a comprender nuestro sufrimiento y nuestras dificultades cotidianas.
Quizá lo que queremos sea una vida más consciente. Estamos cansados de trabajar, dormir y morir. Estamos cansados de ver que sólo unas cuantas personas pueden ser individualistas. Estamos cansados de diferir todas las esperanzas hasta la próxima generación. Estamos cansados de oír a los políticos, y a los sacerdotes, y a los reformadores prudentes ( ¡Y a los maridos! ) cohibirnos con sus frases de: ¡Tened alma! ¡Tened paciencia! ¡Esperad! Ya hemos hecho los planes de una utopía; dadnos un poco más de tiempo y saldrá la luz; tened confianza en nosotros.
Sólo en la mente de los traidores y de los viles, de los hombres como yo, pueden surgir los bellos sueños que llamamos utopías. "Respiración artificial" (1980), Ricardo Piglia
Frases de "Respiración artificial" (1980) Frases de Ricardo Piglia
¿Para qué sirve la utopía? Para sacar el sentido. Frente al presente, a mi presente, la utopía es un segundo término que permite hacer funcionar el resorte del signo: el discurso sobre lo real se hace posible, salgo de la afasia en que me hunde todo lo que anda mal dentro de mí, en este mundo que es el mío. "Roland Barthes por Roland Barthes" (1975), Roland Barthes
"Roland Barthes por Roland Barthes" (1975) Frases de "Roland Barthes por Roland Barthes" (1975) Frases de Roland Barthes
Que sepulten la utopía... Dame clases de poesía con tu cuerpo esta noche.
En la vida de todos y cada uno de nosotros (cada uno y cada una, o caúno y caúna, que es como se solía decir en mi barrio) se ha oído muchas veces que hay que ser realista, y unas veces era para decir que había que andarse con pies de plomo, o sea, ser prudente, posibilista, y, en definitiva, conformarse a las medidas de lo establecido; y otras para combatir las tendencias evasivas, meramente lúdicas y, en definitiva, conformistas. ¡La misma palabra para dos usos contrapuestos! Seamos realistas: o sea, aceptemos el sistema. Seamos realistas, o sea: denunciemos el enmarcamiento que de la realidad hace el sistema, digamos la verdad. Realidad contra los señuelos de la utopía. Realidad contra las ilusiones de lo establecido. Y lo uno y lo otro con la misma palabra.
El tiempo es pura esperanza. Es incluso el lugar de origen de la esperanza. Esperanza de un mundo acabado en el que el hombre y su trabajo no sean mercancías. Esperanza y utopía sin las cuales la actividad que culmina el ser -es decir, la humanidad- no podría empezar ni continuar en su larga paciencia de ciencia y esfuerzo. "Dios, la muerte y el tiempo" (1994), Emmanuel Lévinas
Frases de "Dios, la muerte y el tiempo" (1994) Frases de Emmanuel Lévinas
Soy un utopista, pero no un loco.
¿Qué ocurre cuando nuestros sueños se hacen realidad? ¿Cuándo se ha conseguido aquello por lo que se luchaba? ¿Cómo se vive cuando el enemigo ha desaparecido y ahora lo que tenemos ante nosotros somos nosotros mismos?