No hay nada más seductor y esclavizante que la vida humana en el mar.
La cosa más seductor del arte es la personalidad del propio artista.
Y el corazón lloraba del hogar al recuerdo seductor... Mas al fin a tus pies caí rendido con divina ilusión; y el viviente holocausto consumé en aquel día por tu amor, y llorando Te dije: "Voy ahora, ya todo tuyo soy..."
Frases de Aurelio Espinosa Pólit
Tienes el corazón de un seductor. ¿Seductor? Sólo digo lo que veo. No hay nada tan maravilloso como tú, ni siquiera en mi propia corte. Las montañas deben de ser realmente especiales, para producir tanta belleza. "El aliento de los dioses" (2009), Brandon Sanderson
"El aliento de los dioses" (2009) Frases de "El aliento de los dioses" (2009) Frases de Brandon Sanderson
Para verme hoy como un seductor de damas necesito una gran cantidad de sentido del humor.
Ejercía sobre ella su dueño un despotismo que podremos llamar seductor, imponiéndole su voluntad con firmeza endulzada, a veces con mimos o carantoñas, y destruyendo en ella toda iniciativa que no fuera de cosas accesorias y sin importancia.
Las mujeres, con notables excepciones, son más inteligentes que nosotros, o cuando menos más sinceras consigo mismas sobre lo que quieren o no. Otra cosa es que se lo digan a uno o al mundo. Se enfrenta usted al enigma de la naturaleza. La fémina, babel y laberinto. Si la deja usted pensar, está perdido. Recuerde: corazón caliente y mente fría. El código del seductor. "La sombra del viento" (2001), Carlos Ruiz Zafón
"La sombra del viento" (2001) Frases de "La sombra del viento" (2001) Frases de Carlos Ruiz Zafón
La princesa prometida se duerme en el cine. El seductor aporrea nervioso la máquina de preservativos. Y empiezan los fuegos artificiales.
Ivo fue un éxito en la compañía desde el inicio. Era inteligente, aprendía con rapidez y todo el mundo lo adoraba. Era imposible no adorar a Ivo. Estaba siempre sonriente; era seductor. Los amigos le envidiaban su excelente disposición y se preguntaban cómo lo conseguiría. La respuesta era sencilla. Ivo mantenía oculto el lado oscuro de su personalidad. De hecho, era un hombre sumamente emocional, capaz de sentir profundos odios pasajeros, capaz de matar.
Puedo confirmar de manera oficial que hoy en día no se llega al corazón de un hombre a través de la belleza, la comida, el sexo o un carácter seductor, sino simplemente aparentando que no estás muy interesada en él.
¡Cómo la enamoraba ese hombre con palabras!
Soy un seductor. Lo sé. Igual que existen los alcohólicos irredentos, los ludópatas, los adictos a la cafeína, a la nicotina, a la mariguana, los cleptómanos, etcétera, yo soy un adicto a la seducción. A veces el angelito que llevo dentro intenta controlarme y me dice: "-No seas tan hijo de puta, Pedrito. ¿No te das cuenta de que haces sufrir a esas mujeres? " Pero entonces salta el diablito, y lo contradice: "Sigue adelante. Así son felices, aunque sea por un tiempo. Y tú también eres feliz. No te sientas culpable. Es un vicio. Yo sé que la seducción es un vicio igual que otro cualquiera.