Yo quiero que el lector sepa siempre que está leyendo una novela y no viendo un vivir, no presenciando.
La novela tiene que ser la fotografía de los vicios y las virtudes de un pueblo, con la consiguiente moraleja correctiva para aquéllos y el homenaje de admiración para éstas.
Frases de Clorinda Matto de Turner
La palabra "novela" ha ampliado tanto su significación que es ideal en términos de libertad. Ni se me ocurre escribir otra cosa. El cuento no me gusta porque depende demasiado de la calidad; si no es bueno, no funciona. De la novela en cambio pueden apreciarse otras cosas además del virtuosismo del autor; es un formato más relajado, que permite cambios de idea, arrepentimientos, asimetrías, y unos recorridos sinuosos que creo que se adaptan más a mi imaginación
[Sobre "El tiempo entre costuras"] En mi novela todo es pura y rigurosa realidad documentada o bien pura y rigurosa ficción.
Nunca me atrevería a calificar de arte menor la novela corta; hay novelas cortas sencillamente geniales (me vienen al recuerdo las inolvidables de Chejov y Andreiev). En verdad, sólo hay un arte, que es mayor o menor según la capacidad del que lo crea; pero sí puedo decir que cada artista puede volcarse enteramente en una forma de arte preferida.
Tengo por importante entre todos el concepto de que la novela ha dejado de ser obra de mero entretenimiento, modo de engañar gratamente unas cuantas horas, ascendiendo a estudio social, psicológico, histórico, pero al cabo estudio.
Terminar una novela es algo dramático. Cuando más tardo en escribir los finales, más sufro. Lograr el final de una novela tiene algo de pulso, porque has podido con ella. Finalizarla es como si te desahuciaran de tu casa. Confieso que uno de los momentos más terribles de mi vida es el día siguiente de terminar una novela.
En mis novelas está todo lo que a veces no supe vivir. Esos momentos que pasaron y en los que me hubiera gustado dar un paso más. Una novela te permite perfeccionar esos momentos de la vida que has dejado pasar, rápidos. Esos instantes en los que hace falta la capacidad de decidir enseguida y decir: "Sí, hagámoslo", y es que a menudo no pasa. La novela te permite volver atrás y hacer la elección acertada.
Yo intento que mis novelas sean obras de arte, como puede serlo un gran poema, un buen cuadro o una buena película. No me interesan los temas políticos, ni morales. Lo único que quiero es hacer un objeto bello y ponerlo en el mundo.
La riqueza de matices que recoge una novela no lo hace una película.
Algunos piensan que la poesía está contrapuesta a la novela, pero no es así. A mi la poesía me ha enseñado a cuidar cada frase, a la economía del lenguaje, a utilizar los silencios, a construir analogías. Y todo eso funciona en una novela. Sobre todo me ha enseñado a ser directo, conciso.
Supongo que toda novela es, en últimas, el intento de atrapar el mundo entero en un libro, aunque por "mundo entero" entiendas apenas un fragmento, una esquina, una nadería que ocurre en un segundo.