La historia de la libertad es la de la lucha por limitar el poder del gobierno.
No podemos tenerles simpatía a quienes tratan de arrebatar el poder del gobierno para satisfacer sus propios intereses personales.
La justicia es el fin del gobierno.
Yo simplifiqué mi idea de la política: detesto toda clase de gobierno.
El gobierno no es Dios. No tiene derecho a quitar lo que no puede regresar.
Frases de Antón Pávlovich Chéjov
La libertad necesita ser conquistada y conservada por la conducta digna y perseverante del mismo pueblo, y si éste en vez de merecer o exigir con entereza gobiernos libres y honrados, se presta dócilmente a la explotación de círculos menguados o de sus gestiones personales, siempre peligrosas, tendrán el gobierno creado por su inepcia y por su cobardía; es decir, tendrán el gobierno que merezca su propia indignidad.
Un gobierno sabio no sufre el ocio político en el seno del trabajo y de la industria. Yo llamo ocio político a todo aquello que no contribuye a la sociedad ni con el trabajo ni con la riqueza.
El gobierno es incapaz de darnos algo sin despojarnos de algo más. "La economía en una lección" (1946), Henry Hazlitt
"La economía en una lección" (1946) Frases de "La economía en una lección" (1946) Frases de Henry Hazlitt
El culto del Estado es el culto de la fuerza. No hay amenaza más peligrosa para la civilización que un gobierno de incompetentes, corruptos u hombres viles. Los peores males que la humanidad haya tenido que soportar fueron infligidos por los malos gobiernos. "El Estado omnipotente" (1944), Ludwig von Mises
Frases de "El Estado omnipotente" (1944) Frases de Ludwig von Mises
En el gobierno, para que uno pueda hacer el cincuenta por ciento de lo que uno quiere, ha de permitir que los demás hagan el otro cincuenta por ciento de lo que ellos quieren. Hay que tener la habilidad para que el cincuenta por ciento que le toque a uno sea lo fundamental. "Conducción política" (1952), Juan Domingo Perón
"Conducción política" (1952) Frases de "Conducción política" (1952) Frases de Juan Domingo Perón
Pero incluso entre los patricios y los nobles hay los exigentes que codician el poder. Saben que el poder descansa en el número y por eso miman a la plebe, a la que precisamente teme todo gobierno sensato porque conoce sus apetitos desenfrenados y que es como una bestia imposible de controlar. Así que cuando esta guerra termine, los patricios dirigirán su atención a la plebe y se aprovecharán de ella para rehacer sus fortunas y hacerse con el poder.
Les he planteado a algunos que gobiernan lo siguiente: una cosa es tener el poder en las manos y otra es incidir. No perdono un gobierno que me diga que no tenemos recursos porque somos pobres. No, tienen el poder en sus manos: o son consecuentes o no tienen voluntad política.