La fábrica se halla guardada por las flores, los niños, los cristales, en dirección al día. Dentro de ella son leves trabajos y sudores, porque la libertad puso allí la alegría. "El hombre acecha" (1939), Miguel Hernández
Frases de "El hombre acecha" (1939) Frases de Miguel Hernández
La fábrica, desde luego, es una enorme construcción que, lejos de estar rodeada de árboles, se levanta en medio de un espacio desnudo casi a la altura de las colinas cercanas. Al lado del edificio, una chimenea parecida a un obelisco, se eleva a más de diez metros sobre el edificio y parece aún prolongarse hacia el cielo por las negras columnas de humo que de ella salen.
Te recuerdo Amanda la calle mojada corriendo a la fábrica donde trabajaba Manuel. La sonrisa ancha la lluvia en el pelo no importaba nada ibas a encontrarte con él con él, con él, con él son cinco minutos la vida es eternal en cinco minutos suena la sirena de vuelta al trabajo y tú caminando lo iluminas todo los cinco minutos te hacen florecer.
En la ciudad el vino deja de ser vino y el pan deja de ser pan. Y para que el pobre consiga comer realmente pan y beber realmente vino, es necesario que primero sacrifique en la capilla siniestra de la fábrica un poco de alegría, de inteligencia, de sudor, de músculo, de salud...
Frases de Enrique López Albújar
Bajo el socialismo auténtico, mi cepillo de dientes seguirá siendo exclusivamente mío, pero tu derecho a tu fábrica de cepillos de dientes será cuestionado: la conservarás si es una empresa familiar, pero si emplea a otros, los socialistas procurarán que se convierta en una empresa cooperativa poseída y administrada por sus trabajadores.
(...) Pero no tardó en encariñarse con la Fábrica, en sentir ese orgullo y apego inexplicables que infunde la colectividad y la asociación, la fraternidad del trabajo. Fue conociendo los semblantes que la rodeaban, tomándose interés por algunas operarias...
Y nosotros seguimos andando, y Mendel calla. Entonces se detiene delante de la plaza de formaciones, levanta los brazos como implorando y respira profundamente y vuelve a bajar los brazos. El hedor es de la fábrica de fibra de viscosa. Delante de las montañas de Silesia, oculta bajo el color lila, la fábrica de fibra de viscosa sobresale negra con sus naves y chimeneas. Acurrucada en la falda de la montaña, sopla al cielo su humo amarillo, su aliento venenoso, hechizante, que apesta a dulzón. En el interior de sus naves, allí donde más apesta, trabajan las brigadas especiales, los elegidos, los ricos, los privilegiados del campo: ¡Adentro hace calor! Y nosotros los parias trabajamos fuera, en la maderería, donde nos congelamos y nos caen los troncos de los árboles y nos aplastan. Por eso la pestilencia de las naves nos parece un perfume delicioso. El perfume de la clase alta.
Créeme, el mundo es una fábrica. El sol lo remueve, los humanos lo gobiernan y yo soy la que persevera. Me los llevo. "La ladrona de libros" (2005), Markus Zusak
"La ladrona de libros" (2005) Frases de "La ladrona de libros" (2005) Frases de Markus Zusak
La lectura es una fábrica de sueños.
El amor trae un defecto de fábrica: se quiere a quien te llena un vacío.
La segunda Revolución Industrial ha arrancado al ser humano de su cultura, como la primera le arrancó de la naturaleza, y por eso podemos considerar las fábricas mecanizadas como una suerte de manicomio.
(...) Construimos fábricas en los lugares donde la gente está hambrienta y no tiene trabajo, y gracias a nosotros, esa gente podrá vivir decentemente y alzar la cabeza. Nosotros nos convertimos en sus salvadores. Que no te oiga nunca más hablar despectivamente de los grandes negocios y el poder.