17 frases de El hombre acecha de Miguel Hernández... Poemario donde abandona el tono épico y se distinguen cuatro grupos de poemas: combativos, sociales, políticos y de aflicción.
Frases de El hombre acecha Miguel Hernández
01. Aunque bajo la tierra mi amante cuerpo esté, escríbeme a la tierra, que yo te escribiré.
02. Esta ciudad no se aplaca con fuego, este laurel con rencor no se tala. Este rosal sin ventura, este espliego júbilo exhala.
03. La fábrica se halla guardada por las flores, los niños, los cristales, en dirección al día. Dentro de ella son leves trabajos y sudores, porque la libertad puso allí la alegría.
04. El vuelo significa la alegría más alta, la agilidad más viva, la juventud más firme. En la pasión del vuelo truena la luz, y exalta alas con que batirme.
05. Sólo te nutre tu vívida esencia. Duermes al borde del hoyo y la espada. Eres mi casa, Madrid: mi existencia, ¡Qué atravesada!
06. Basta mirar: se cubre de verdad la mirada. Basta escuchar: retumba la sangre en las orejas. De cada aliento sale la ardiente bocanada de tantos corazones unidos por parejas.
07. Eso sí: somos algo. Nuestros cinco sentido en todo arraigan, piden posesión y locura. Agredimos al tiempo con la feliz cigarra, con el terrestre sueño que alentamos.
08. España, piedra estoica que se abrió en dos pedazos de dolor y de piedra profunda para darme: no me separarán de tus altas entrañas, madre.
09. En vuestra mano está la libertad del ala, la libertad del mundo, soldados voladores: y arrancaréis del cielo la codiciosa y mala hierba de otros motores.
10. Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas, cicatrices y heridas, señales y recuerdos del hambre, contra tantas barrigas satisfechas: cerdos con un origen peor que el de los cerdos.
11. Toro en la primavera más toro que otras veces, en España más toro, toro, que en otras partes. Más cálido que nunca, más volcánico, toro, que irradias, que iluminas al fuego, yérguete.
12. Que nadie os haga nunca prisioneros, si no es tierra triunfante y española aconsejada por los limoneros, la libertad, un sueño de amapola. No vea entre nosotros ni un vencido, y que por vuestro arrojo constelado llevéis al pecho un cielo anochecido con todos los luceros del soldado.
13. Detened ese tren agonizante que nunca acaba de cruzar la noche.
14. Pintada, no vacía: pintada está mi casa del color de las grandes pasiones y desgracias.
15. El odio se amortigua detrás de la ventana. Será la garra suave. Dejadme la esperanza.
16. Hoy el amor es muerte, y el hombre acecha al hombre.
17. El hambre es el primero de los conocimientos: tener hambre es la cosa primera que se aprende.