La única anormalidad es la incapacidad de amar.
Yo soy el anormal ahora. La normalidad es un concepto mayoritario. Norma de muchos, no de un solo hombre.
¿Podemos saber dónde termina lo normal y dónde comienza lo anormal? ¿Puede usted definir esas nociones: normalidad, anormalidad? "El rinoceronte" (1959), Eugène Ionesco
"El rinoceronte" (1959) Frases de "El rinoceronte" (1959) Frases de Eugène Ionesco
Cuando un juicio no puede enunciarse en términos de bien y de mal se lo expresa en términos de normal y de anormal. Y cuando se trata de justificar esta última distinción, se hacen consideraciones sobre lo que es bueno o nocivo para el individuo. Son expresiones de un dualismo constitutivo de la conciencia occidental. "Microfisica del poder" (1980), Michel Foucault
"Microfisica del poder" (1980) Frases de "Microfisica del poder" (1980) Frases de Michel Foucault
Lo que parece hoy raro será natural mañana.
Ante una situación anormal, la reacción anormal constituye una conducta normal. "El hombre en busca de sentido" (1946), Viktor Frankl
"El hombre en busca de sentido" (1946) Frases de "El hombre en busca de sentido" (1946) Frases de Viktor Frankl
Me permito aclarar que no soy tan optimista como para creer que ya tengo un aliado, sólo porque usted sea un "ser humano" como yo quisiera que lo fuese. Me encuentro en una situación demasiado anormal para convencer a alguien de la veracidad de mi relato. Aunque usted sea un "ser humano", dudo que reconozca una esencia humana en mí. "Idéntico al ser humano" (1967), Kobo Abe
Frases de "Idéntico al ser humano" (1967) Frases de Kobo Abe
La felicidad es en amor un estado anormal, en el cual cualquier accidente, por aparentemente sencillo que sea, y que puede ocurrir en todo momento, cobra una gravedad que no implicaría por sí solo dicho accidente. Lo que constituye nuestra felicidad es la presencia en el corazón de una cosa inestable que nos arreglamos de modo que se mantenga perpetuamente, y que casi no notamos mientras no hay algo que la desplace. En realidad, en el amor hay un padecer permanente, que la alegría neutraliza, aplaza y da virtualidad, pero que en cualquier instante puede convertirse en aquello que hubiese sido desde el primer momento de no haberle dado todo lo que pedía, es decir, en pena atroz. "A la sombra de las muchachas en flor" (1919), Marcel Proust
Frases de "A la sombra de las muchachas en flor" (1919) Frases de Marcel Proust
Solo porque tu versión de lo que es normal no coincida con la versión de otra persona, no significa que te pase algo malo. "El increíble caso de Barnaby Brocket" (2012), John Boyne
Frases de "El increíble caso de Barnaby Brocket" (2012) Frases de John Boyne
(...) Hay un indicio más revelador de que el boxeo y la lucha libre son solo opciones de diversión y es que las chicas y los viejos no son muy buenos en ellos. Como regla de oro, el desempeño anormal de una destreza básica es una buena manera de evaluar si consustancial a esa especie. Cuando se advierte una brecha gigante en cuanto a habilidad entre los grupos de edad y de sexo, uno adivina que lo que está viendo es algo adquirido y no natural. "Nacidos para ser héroes" (2013), Christopher McDougall
"Nacidos para ser héroes" (2013) Frases de "Nacidos para ser héroes" (2013) Frases de Christopher McDougall
Oh, Dios santo. Qué le estaba pasando, se estaba convirtiendo en una persona normal. "Esperando Noticias" (2008), Kate Atkinson
"Esperando Noticias" (2008) Frases de "Esperando Noticias" (2008) Frases de Kate Atkinson
Resulta extraño lo mucho que tardó mi mente en captar la imagen. O tal vez no. Había tanto que ver y tan anormal, tan fuera de lugar, tan...Distorsionado. Era imposible captarlo todo rápidamente. Sobre la pasarela se hallaba el cadáver de una persona joven. Y digo persona porque, aunque los atributos físicos eran los de un muchacho adolescente, las ropas (poco más que una blusa a la que le faltaba una manga) y el maquillaje facial eran de muchacha. O mejor aún, de una mujer, y una mujer de dudosa reputación, por cierto. La desgraciada criatura tenía las muñecas atadas a la espalda, y las piernas dobladas en una posición arrodillada, presionándole la cara contra el acero de la pasarela. No había señales de ropa interior ni de zapatos, sólo un calcetín colgando patéticamente de uno de los pies. Pero lo que le habían hecho al cuerpo... "El Alienista" (1994), Caleb Carr