La vida es una partida de ajedrez y nunca sabe uno a ciencia cierta cuándo está ganando o perdiendo. "La muñeca rusa" (1990), Adolfo Bioy Casares
Frases de "La muñeca rusa" (1990) Frases de Adolfo Bioy Casares
Nunca es bueno hacer las cosas sin haber previsto antes todos los movimientos probables de la partida, sin haber calculado todas las posibilidades. "Iacobus" (2000), Matilde Asensi
"Iacobus" (2000) Frases de "Iacobus" (2000) Frases de Matilde Asensi
Tenga en cuenta, señor... Que una reina no es una partida. ¡Es el rey, por supuesto, el que debería ser objeto de su constante atención! "Riesgo calculado" (1992), Katherine Neville
"Riesgo calculado" (1992) Frases de "Riesgo calculado" (1992) Frases de Katherine Neville
Le había echado mucho de menos. Las partidas de billar en los bares en torno a la plaza de Santa Ana. Las copas y las canciones propias de cada antro que nos hacían bailar con el palo mientras reíamos una mala jugada del otro o intentábamos hacerle perder la concentración. Nos unía el juego, el disfrute de algunas canciones y la efervescencia etílica.
Una partida de ajedrez siempre se gana por un error, sea propio o del contrario
El ganador de la partida es el jugador que comete el penúltimo error.
Nadie ha ganado una partida abandonando.
Mi vida no es una partida de cartas. "Cartas cruzadas" (2002), Markus Zusak
Frases de "Cartas cruzadas" (2002) Frases de Markus Zusak
El hombre que manejaba la camioneta pensó que las partidas no se anuncian. Y apretó el acelerador.
¿Cómo se podría llevar a cabo este entrenamiento? ¿Dónde hay una descripción de cómo entrenar y disciplinar el pensamiento de uno? No había libros al respecto, y no parecía posible conseguir cualquier otra ayuda, así que tuve que valerme de mí mismo. Elegí un método que me pareció el más racional (…). Seleccioné de libros de torneos las partidas en las que habían tenido lugar grandes complicaciones. Luego las veía sobre el tablero, pero cuando llegaba al punto crucial donde se encontraban dichas combinaciones y el mayor número de variantes posibles, dejaba de leer los comentarios. Colocaba a un lado el libro o cubría la página con una hoja de papel y me ponía la tarea de pensar larga y profundamente con el fin de analizar todas las posibles variantes.
Durante una larga carrera ajedrecística como la mía, todos hemos jugado muchas partidas aburridas y carentes de interés, con el objetivo de lograr un buen resultado, pero durante aquellos días de duro trabajo, a veces me satisfacía poder hallar una idea original en la apertura, una aguda combinación en el medio juego o demostrar una técnica depurada en el final.
Las partidas simultáneas de ajedrez son algo muy interesante. Contribuyen a que los ajedrecistas ordinarios sepan comprender la trama de juego de un maestro, les permite competir con él, adivinar sus planes y aprender la técnica del juego.