La vida fluye incesable y uniforme; duermo, trabajo, discurro por Madrid, hojeo al azar un libro nuevo, escribo bien o mal -seguramente mal- con fervor o con desmayo. De rato en rato me tumbo en un diván y contemplo el cielo, añil y ceniza. ¿Y por qué había de saltar de improviso el evento impensado?
Adiós Madrid. Vuelvo a vivir. Dura raíz, siento al partir que algo de mí se queda aquí ya para siempre: la ardiente ilusión de quererte, ser fuerte y dejarte, sin dejar de amarte.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma, por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid, por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo. Dime, ¿Qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre? "Hijos de la ira" (1944), Dámaso Alonso
"Hijos de la ira" (1944) Frases de "Hijos de la ira" (1944) Frases de Dámaso Alonso
A mí Madrid me da miedo, porque si Valladolid me parece ya un enorme aparcamiento, Madrid me parece cinco veces ese aparcamiento.
En Madrid, jamás llegué a pisar la calle, porque cada vez que aparecía en la puerta del Hotel Ritz, una legión de caballeros arrojaban sus capas al suelo para que caminara sobre ellas, poniendo ante mí una alfombra que nunca se acababa.
El Greco, dominando con la simplicidad geométrica de su gran Cristo, la sala de los colosos de la pintura. (...) En Toledo entierran todavía al conde de Orgaz, todavía vive El Greco, ahí pinta y sus apóstoles trabajan a diario. Alguno lleva mi equipaje al hotel, otro me sirve un vaso de vino, el de más allá es el chofer del camión a Madrid y veo otro más en el puente de Alcántara.
Frases de José Clemente Orozco
La ofensiva de Franco contra Madrid estaba fijada para hoy y estamos sintonizando, angustiados, cada hora, pero hasta la fecha no han dicho nada.
Frases de Zenobia Camprubí Aymar
Ay, qué Madrid este, todo apariencia. Dice un caballero que yo conozco, que esto es un Carnaval de todos los días, en que los pobres se visten de ricos. Y aquí, salvo media docena, todos son pobres. Facha, señora, y nada más que facha. Esta gente no entiende de comodidades dentro de casa. Viven en la calle, y por vestirse bien y poder ir al teatro, hay familia que se mantiene todo el año con tortillas de patatas... Conozco señoras de empleados que están cesantes la mitad del año, y da gusto verlas tan guapetonas. Parecen duquesas, y los niños principitos. ¿Cómo es eso? Yo no lo sé. Dice un caballero que yo conozco, que de esos misterios está lleno Madrid. Muchas no comen para poder vestirse; pero algunas se las arreglan de otro modo...
El silbido del expreso de Madrid me rescató de mis bucólicas meditaciones. El tren irrumpía en la estación a pleno galope. Enfiló hacia su vía y el gemido de los frenos inundó el espacio. Lentamente, con la parsimonia propia del tonelaje, el tren se detuvo. Los primeros pasajeros comenzaron a descender, siluetas sin nombre. Recorrí con la mirada el andén mientras el corazón me latía a toda prisa. Docenas de rostros desconocidos desfilaron frente a mí. De repente vacilé, por si me había equivocado de día, de tren, de estación, de ciudad o planeta. "Marina" (1999), Carlos Ruiz Zafón
"Marina" (1999) Frases de "Marina" (1999) Frases de Carlos Ruiz Zafón
Madrid, Madrid, Madrid, en México se piensa mucho en ti.
Madrid sentía debilidad por mi y yo por ella y me ofrecía todo lo que quería tener delante esa mañana.
Madrid es un amante buenísimo pero como novio es lo peor, te engaña en cuanto te despistas.