El ingeniero, y, más generalmente, el diseñador, tienen que ver con cómo debieran ser las cosas para alcanzar metas.
Nunca me he tenido por ingeniero o inventor, solamente me considero un promotor y agitador de ideas.
Excepto mis amigos íntimos, nadie sospechaba siquiera que yo era gran maestro de ajedrez: ni durante los primeros meses de la guerra, cuando yo trabajaba de tecnólogo, ni posteriormente cuando ocupaba el cargo de ingeniero jefe de la fábrica. Me conocían sólo como ingeniero.
El ingeniero siempre se siente preocupado cuando sus planos empiezan a trocarse en piezas, en una máquina "viva". ¿Qué resultará, qué aspecto tendrá? En los planos de impecable diseño todo puede estar en su sitio, más en cuanto se hacen las piezas, ateniéndose al proyecto, en unos sitios no encajan, en otros funcionan mal.
¡Un ingeniero naval! ¿Sabe que su persona se agranda ante mis ojos? Puedo verle como el representante de todo un mundo: el del trabajo y el genio práctico. "La montaña mágica" (1924), Thomas Mann
"La montaña mágica" (1924) Frases de "La montaña mágica" (1924) Frases de Thomas Mann
Ningún ingeniero ni químico ha pregonado tener la capacidad de producir un material que sea indistinguible de la piel humana. Es posible que se logre con el tiempo, pero aún en el supuesto de que existiese este invento, sabríamos lo poco importante que resulta tratar de hacer más humana a una "máquina pensante" cubriéndola con esta carne artificial.
Guiado por el ingeniero, el movimiento torpe del agua sigue la dirección que se le traza, y se la ha distribuido por las más finas pinzas y delicadas brochas, igual que por los más fuertes engranajes de la poderosa máquina.
¿Qué diría el ingeniero, una vez hubieras explicado tu problema y enumerado todas las insatisfacciones de tu vida? Probablemente te diría que la vida es una cosa muy difícil y complicada; que ninguna interfaz puede cambiar eso; que cualquiera que crea lo contrario es un imbécil; y que si no te gusta que escojan por ti, deberías empezar a elegir por ti mismo. "En el principio fue la línea de comandos" (1999), Neal Stephenson
Según el ingeniero, la producción anual de esa fábrica ascendía a siete millones de ejemplares. Pero lo que me impresionó no fue la cantidad de libros que imprimían, sino la casi absoluta prescindencia de mano de obra. Para imprimir un libro es suficiente poner papel, tinta y unos polvos grises en una abertura en forma de embudo de la máquina. Una vez que esos materiales se han colocado en ella, en menos de cinco minutos empieza a salir una gran cantidad de libros de todos tamaños, cuartos, octavos, etc. Mirando cómo salían los libros en torrente, le pregunté al ingeniero qué era el polvo gris que se empleaba. Éste, de pie y con aire de importancia frente a las máquinas que relucían con negro brillo, contestó indiferentemente: - ¿Este polvo? Es de sesos de asno. Se secan los sesos y se los convierte en polvo. El precio actual es de dos a tres centavos la tonelada.
Las ciencias de los ingenieros son aquellas que dan los modos del conocimiento en las direcciones y los métodos en la facilidad [para remover los obstáculos] para la invención de esta arte y su exteriorización in actu en los cuerpos físicos y sensibles.
Debemos construir un gran país. Ello exige desarrollar intensamente la economía nacional, a través de una integración armónica y profunda del agro, la minería y la industria. La siderurgia, la mecanización rural, el aprovechamiento de las fuentes energéticas, la intensificación del transporte y la dotación de mejores condiciones de vida y de trabajo a los más vastos sectores populares, son objetivos que reclaman una participación activa y total de ingenieros argentinos.
Mi padre, que era ingeniero civil de profesión, supo ver mucho más allá de su oficio, e intento transmitirme los valores y gratificaciones del arte como medio y razón de vida.