El único nacionalismo autentico es el que busque liberarnos de la servidumbre real: ése es el nacionalismo de la clase obrera y demás sectores populares, y por eso la liberación de la Patria y la revolución social son una misma cosa, de la misma manera que semicolonia y oligarquía son también lo mismo.
(...) Pero el pueblo no dejó nunca de alzar la bandera de la liberación, la clase obrera no dejó nunca de rebelarse contra la injusticia.
La clase obrera no estará en condiciones de crear una ciencia y un arte propios hasta que se haya emancipado de su situación actual como clase.
El obrero no lucha por sí mismo, sino por toda la clase obrera; la finalidad que persigue entra en el terreno de la justicia humana universal. Es una lucha de clase contra el poder del capital.
Los sindicatos no son organismos desligados de la política, toda vez que se inspiran en los principios de la lucha de clases. Y no puede ser de otro modo. Porque, ¿Quién compone los sindicatos? Los compone la clase obrera: los panaderos, los albañiles, los metalúrgicos; en una palabra, los explotados.
La clase obrera, en la lucha por su emancipación, se lanza no solamente contra la fuerza económica de la clase enemiga, sino también contra su fuerza política. La conquista del poder político, es la condición indispensable de la transformación socialista.
Para convertirse en los "ideólogos de la clase obrera" (Lenin), en los "intelectuales orgánicos" del proletariado (Gramsci), es necesario que los intelectuales realicen una revolución radical en sus ideas, una reeducación larga, dolorosa y difícil. Una lucha sin término, tanto exterior como interior. Los proletarios tienen un "instinto de clase" que les facilita el paso a las "posiciones de clase" proletarias. Los intelectuales, por el contrario, tienen un instinto de clase pequeño-burgués que se resiste a ese paso.
La sed de conocimientos que demuestra la clase obrera es una de las manifestaciones culturales más notables de la lucha de clases contemporánea. En un sentido moral, la lucha de la clase obrera es también un índice de la renovación cultural de la sociedad.
La segunda clase era la de los pobladores, vulgarmente conocidos como "las abejas", pues ocupaban las colmenas a la espera de ser admitidos en los cinturones. Por norma, se aprovechaban las estructuras de las antiguas ciudades para dar cobijo a los millones de seres humanos que solo tenían un derecho y una obligación: vivir y trabajar. "Khimera" (2015), César Pérez Gellida
Frases de "Khimera" (2015) Frases de César Pérez Gellida
La clase obrera solo dio muestras de fuerza cuando sirvió a causas diferentes de la revolución obrera. "Reflexiones sobre las causas de la libertad y de la opresión social" (1934), Simone Weil
Frases de "Reflexiones sobre las causas de la libertad y de la opresión social" (1934) Frases de Simone Weil