Basta con aguantar en la vida para que los ilegítimos queden legitimados. Se siente una infinita estima por la inmoralidad, porque no ha dejado de serlo y el tiempo la ha condecorado con arrugas.
Frases de François René De Chateaubriand
Usted vive en un sueño. Cuando decide a la mañana que los hombres sean hermosos, las dos arrugas que el portero de su casa lleva en la cara se tornan tiernas mejillas para besar.
Las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma.
Si mi rostro tiene algunas arrugas recordad que a mi edad desearíais estar como yo.
Cuando tenéis 50 empezáis a pensar cosas en las que no habías pensado antes. Yo solía pensar que envejecer tenía que ver con la vanidad, pero en realidad tiene que ver con perder gente que queréis. Tener arrugas es trivial.
No extrañéis, dulces amigos,que esté mi frente arrugada: yo vivo en paz con los hombres y en guerra con mis entrañas.
En él no había nada ni de bueno ni de malo, y la carencia de todo dejaba un espantoso vacío. Su rostro duro como el mármol, sin ninguna imperfección notable, no se semejaba a nada; sus rasgos mantenían entre sí una fría proporción. Sólo las diminutas picaduras de viruela y las arrugas que surcaban aquel rostro lo incluían entre esa categoría de personas a las que, como dice la expresión popular, el diablo acude por la noche a fin de moler guisantes en su cara. "Almas muertas" (1842), Nikolái Gógol
"Almas muertas" (1842) Frases de "Almas muertas" (1842) Frases de Nikolái Gógol
De inmediato, la orgullosa frente de la intrépida princesa se cubrió con las arrugas de la agonía. Lanzó un grito doloroso y su corazón se convirtió en un ardiente brasero: Se llevó la mano al corazón para no retirarla ya nunca.
Una mujer no debe fruncir el ceño -empezó a decir- porque eso produce arrugas en la frente y entre los ojos, y los caballeros detestan las arrugas. Tampoco debe reír demasiado, porque entonces las tendrá en torno a la boca. Un rostro alegre sí, siempre. Pero no semejante a las máscaras del teatro, cargadas de emoción y énfasis. Una suave sonrisa, un dulce curvar los labios, un guiño picaresco como se os ha enseñado, una inclinación leve de la cabeza...Eso sí es deseable y no envejece a la mujer.
Su pálida frente es un mapa confuso: la cruzan arrugas, eternas arrugas, que son cual los ríos del vago país de lo abstruso cuyas olas, los años, se escapan en rápidas fugas.
Frases de Julio Herrera y Reissig
Preferentemente, como es lógico suponer, nuestras conversaciones versan sobre asuntos de nuestro propio mundillo: solapas, costuras, bolsillos (...) Los bolsillos son nuestros órganos capitales: el hígado, los pulmones, el corazón, el estómago. Las costuras, nuestras arterias. Nuestras solapas, el rostro. De ahí que cuando deseemos conocer la edad, salud o condición moral de un individuo, fijemos nuestra atención en éstas: las arrugas, la calvicie y el artritismo se reflejan inevitablemente en ellas. Y lo propio sucede con la herejía, la piedad, la avaricia y la mansedumbre.
No me digas que estás llena de arrugas, que estás llena de sueño, que se te han caído los dientes, que ya no puedes con tus pobres remos hinchados, deformados por el veneno del reuma. No importa, madre, no importa. Tú eres siempre joven, eres una niña, tienes once años. Oh, sí, tú eres para mí eso: una candorosa niña. "Hijos de la ira" (1944), Dámaso Alonso
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