11 frases de Tríptico de mar y tierra de Álvaro Mutis... Se reúnen en este libro tres experiencias en la vida de Maqroll que le revelaron regiones del alma para él hasta entonces desconocidas y cuyo descubrimiento lo marcó para el resto de sus días.
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Frases de Tríptico de mar y tierra Álvaro Mutis
01. Todo seguía pareciéndome inusitado pero sabiendo que, al tratarse de ingleses, nada debe sorprendernos, resolví tenderme en la cama para descansar un rato. El ajetreo de la mudanza me había dejado exhausto y la convalecencia de mi intoxicación se anunciaba un tanto más duradera que lo previsto.
02. Debo confesar que entre todas las posibles combinaciones del azar con las que especulo a menudo, nunca se me había ocurrido que tal encuentro pudiera acontecer...
03. Se había creado entre ellos esa complicidad de quienes han sometido la vida a pruebas poco comunes y conocen, mejor que los demás, los ocultos resortes que mueven el incierto mecanismo que los inocentes llaman azar.
04. La relación con su amiga se me convirtió en una especie de misa violeta envuelta en todos los aromas de la ortodoxia budista.
05. La vaina de la pintura es muy sencilla... pero muy complicada también. Se reduce a esto: hay que andar siempre con la verdad. Así como en la vida, en el cuadro sólo cabe la verdad. Ahí el cuadro se juega la carta de la inmortalidad. Mentir es falsificar la vida, es decir: morirse. ¿Está claro?
06. Ahora viene el problema de los colores. Hay que estar a toda hora seguro de que uno, el pintor, es quien los maneja, quien los ordena. Quien los crea, pues, para no ir muy lejos. Pero ellos también hacen la fiesta por su cuenta. Cuando se juntan y se convierten en un nuevo color es una gozadera que nadie puede imaginarse. Pero siempre, no se le olvide, siempre, mandando uno. Con el pincel o la espátula en la mano, sin temblar, sin titubear, con la seguridad de ser el dueño y señor de ese reino. Al arco iris hay que mandarlo al carajo. Jamás rendirle cuentas, o el cuadro se pierde, naufraga en un mar de babas.
07. Así es el cuento con la pintura: uno marca el destino de los colores y de la composición, del orden en que deben ir los elementos del cuadro. Ya sé, se dice fácil; Pero así debe ser.
08. Lo que uno no controla se vuelve siempre en contra nuestra.
09. Ahora, lo importante es aprender a ver, llegar a saber ver, ver todo: las cosas, las personas, el cielo, los montes, el mar y sus criaturas. Todo lo que vemos esconde siempre una parte, la deja en la sombra. Allí hay que llegar, iluminar, descubrir, descifrar.
10. El mar, por ejemplo; usted que lo ha transitado tanto y lo conoce tan bien. El mar es lo más importante que hay en el mundo. Hay que saber verlo, seguir sus cambios de humor, escucharlo, olerlo. ¿Sabe por qué? Por algo muy simple que todos creen saber pero creo que no acaban de entenderlo a fondo: porque allí nació la vida, de allí salimos y una parte nuestra siempre estará sumergida allá entre las algas y las profundidades en tinieblas.
11. Ahora ya casi estoy listo para emprender un viejo sueño que me ha perseguido desde hace años: pintar el viento. Sí, no ponga esa cara. Pintar el viento, pero no el que pasa por los árboles ni el que empuja las olas y mece las faldas de las muchachas. No, quiero pintar el viento que entra por una ventana y sale por otra, así, sin más. El viento que no deja huella, ése tan parecido a nosotros, a nuestra tarea de vivir, a lo que no tiene nombre y se nos va de entre las manos sin saber cómo.