El nacionalismo sólo es posible como una política antiimperialista consecuente.
El nacionalismo de ustedes se parece al amor del hijo junto a la tumba del padre; el nuestro, se parece al amor del padre junto a la cuna del hijo (...) Para ustedes la Nación se realizó y fue derogada; para nosotros, todavía sigue naciendo.
El nacionalismo en general es imbecilizador, aunque los hay leves y graves, los del forofo del alirón y el que se pone el cuchillo en la boca para matar. Hay gente sin conocimientos históricos, el nacionalismo atonta y algunos son virulentos. Afortunadamente en Cataluña la situación es diferente a la del País Vasco, aunque esa minoría es una alarma que nos dice que algo hay que hacer. El nacionalismo es una inflamación de la nación igual que la apendicitis es una inflamación del apéndice.
Es bien sabido que la ciencia y el nacionalismo son cosas que se contradicen, aunque los monederos falsos de la política nieguen ocasionalmente ese saber: pero también llegará ¡por fin! El día en que se comprenderá que sólo para su daño puede ahora toda cultura superior seguir cercada por vallas nacionales.
El nacionalismo, lo mismo el centralista que los periféricos, es una catástrofe en todas sus manifestaciones.
El nacionalismo se cura viajando.
El nacionalismo es siempre fuente de crispación, de confrontación y de violencia, y eso no excluye al nacionalismo que juega a la democracia al mismo tiempo que a la exclusión. Es, sigue siendo, el gran desafío.
Creo que, en última instancia, el nacionalismo está reñido con la democracia. Aunque hay que diferenciar el nacionalismo de pistoleros terroristas del nacionalismo burgués. Pero si usted escarba en las raíces ideológicas del nacionalismo, éstas son un rechazo de las formas democráticas, un rechazo a la coexistencia en la diversidad, que es la esencia de la democracia. Por eso yo combato el nacionalismo en todas sus manifestaciones.
El nacionalismo es hambre de poder atemperada por el auto engaño.
Tanto el capitalismo como el nacionalismo son frutos de la obsesión por el poder, el éxito y la posición social. "El fin y los medios" (1937), Aldous Huxley
Frases de "El fin y los medios" (1937) Frases de Aldous Huxley
Actualmente la idea política más poderosa es la del nacionalismo. Esta idea es la que presta justificación y la que transforma toda una serie de emociones, constituyendo la permanente motivación de acciones individuales y colectivas de la mayor importancia.
El desafío mayor que tiene la cultura de la libertad, de la democracia en nuestro tiempo, viene de los nacionalismos.