El encanto es la manera de conseguir la respuesta "si" sin haber realizado una pregunta clara.
Encanto es lo que tienen algunos hasta que empiezan a creérselo.
La juventud sonríe sin razón alguna. Se trata de uno de sus encantos.
Durante el día asaltan demasiados pensamientos pero en ti es quien yo estoy pensando, siempre quisiera que la noche llegara ya trayéndome todos tus encantos.
Hay en el arte muchos encantos que sólo a fuerza de arte se vuelven naturales.
En seguida vi aparecer al profeta Elías, llevando de la mano a dos beldades cuyos atractivos no podrían concebir los mortales. Eran sus encantos tan delicados que transparentaban sus almas, y uno percibía distintamente el fuego de las pasiones cuando resbalaba por sus venas y se mezclaba a su sangre.
Despacio consideraba sus encantos avergonzados de ser tan adorables, su boca hecha tan sólo para los grandes besos; veía su cuerpo sumiso pegarse a la carne llamadora de su desengaño e insistiendo en la delicia de su abandono, en la magnífica pequeñez de sus partes destrozables, la vista ocupada por el semblante, por el cuerpo joven para el tormento y para una maternidad, alargaba un brazo hacia mi pobre carne; hostigándola, la dejaba acercarse al deleite. "El juguete rabioso" (1926), Roberto Arlt
"El juguete rabioso" (1926) Frases de "El juguete rabioso" (1926) Frases de Roberto Arlt
¡Pues miente! ¡Invéntate algo! -No se me da bien mentir. -Pues aprende deprisa. Tienes tanto encanto como una babosa muerta. "Los juegos del hambre" (2008), Suzanne Collins
"Los juegos del hambre" (2008) Frases de "Los juegos del hambre" (2008) Frases de Suzanne Collins
No le faltan encantos a este hermoso mundo ni tampoco amaneceres para los que merece la pena despertar.
Existe una tonada por la que yo daría todo Mozart, Rossini y todo Weber, una vieja tonada, languideciente y fúnebre que me trae a mí solo sus secretos encantos. Cada vez que la escucho mi alma se hace doscientos años -es sobre Luis Trece- más joven.
Forman un todo encantado, que nunca jamás se olvida, y que, al recordarlo, siempre mi alma, y corazón palpitan.
Pero quisiste el cielo. No hay cielo eterno. Ahora tienes que soportar el desfalco de perderlo. Aunque la tierra también tiene sus encantos. Te voy a dar una probadita de alguno. "Ninguna eternidad como la mía" (1999), Ángeles Mastretta
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