Un filósofo es el hombre en quien la intimidad se eleva a categoría racional; sus conflictos sentimentales, su encuentro con el mundo, se resuelve y se transforma en una teoría.
Un filósofo es un tipo que sube a una cumbre en busca del sol; encuentra niebla, desciende y explica el magnífico espectáculo que ha visto.
Frases de William Somerset Maugham
El filósofo no se contenta con gustar de la vida, sino que quiere penetrar en ella, reduciéndola, haciéndola consciente, transparente a su razón.
El mero filósofo es un tipo humano que normalmente no goza sino de poca aceptación en el mundo al suponerse que no contribuye nada ni a la utilidad ni al placer de la sociedad, ya que vive alejado del contacto con la humanidad y está envuelto en principios igualmente alejados de la comprensión de ésta.
Son filósofos verdaderos aquellos a quienes gusta contemplar la verdad.
También es el filósofo, digámoslo de pasada, el hombre que no quisiera dar nunca en el blanco sobre el cual dispara y para ello lo pone más allá del alcance de toda escopeta.
Un filósofo es alguien que constantemente vive, ve, oye, sospecha, espera, sueña cosas extraordinarias; alguien al que sus propios pensamientos lo golpean como desde fuera, como desde arriba y desde abajo, constituyendo su especie peculiar de acontecimientos y rayos; acaso él mismo sea una tempestad que camina grávida de nuevos rayos; un hombre fatal, rodeado siempre de truenos y gruñidos y aullidos y acontecimientos inquietantes. Un filósofo: ay, un ser que con frecuencia huye de sí mismo, que con frecuencia tiene miedo de sí -pero que es demasiado curioso para no "volver a sí" una y otra vez.
Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo. "La ideología alemana" (1845), Karl Marx
Frases de "La ideología alemana" (1845) Frases de Karl Marx
Muchos filósofos, que se han creído que fuera del pequeño campo del globito terráqueo, donde ellos están, no existe ningún otro, puesto que ellos no lo observan.
Muchos dejan de ser hombres para ser filósofos.
Siempre he dicho -observó Targelia- que debías haber sido un filósofo. - ¡Ah! , pero me enamoré -dijo la madre-. Y cuando una mujer ama, ya no es filósofo. - Ni el hombre tampoco -corroboró Targelia-. El amor es el gran destructor de la lógica y la inteligencia. Los genitales nos gobiernan a todos...Hasta el día en que nos fallan. Entonces alcanzamos la sabiduría. Pero la sabiduría es un fuego helado que alumbra y, sin embargo, no calienta.
La filosofía nunca ha estado restringida a los profesores de filosofía. Es filósofo aquel que se convierte en filósofo, es decir, quien se interesa en esas creaciones tan peculiares del orden de los conceptos.