Suavizar las penas de los otros es olvidar las propias.
El día que me quieras endulzará sus cuerdas el pájaro cantor, florecerá la vida, no existirá el dolor.
Todos apreciaron su esfuerzo por endulzar con una cucharadita de buenas maneras el vinagre de sus desgracias públicas y su mala salud. "El general en su laberinto" (1989), Gabriel García Márquez
"El general en su laberinto" (1989) Frases de "El general en su laberinto" (1989) Frases de Gabriel García Márquez
El amor jamás se pierde, si no es correspondido, retornará, suavizará y purificará el corazón.
Tarea delicada la de apaciguar muchedumbres, porque hacer mucho puede ser tan funesto como no hacer nada.
Tranquilizar el espíritu es la mejor manera de curar el cuerpo.
-Eres un verdadero encanto -le dice-. Voy a invitarte a hacer una temeridad. -Vuelve a rozarla-. Quédate. Pasa la noche conmigo. Ella lo mira con firmeza sin apartar la taza de sus labios. - ¿Por qué? -Porque debes. - ¿Por qué debo? - ¿Por qué? Porque la belleza de una mujer no le pertenece solo a ella. Es parte de la riqueza que trae consigo al mundo, y su deber es compartirla. Él todavía tiene la mano apoyada en la mejilla de ella. Ella no se retrae, pero tampoco cede. - ¿Y si ya la compartiera? -En la voz se le nota que casi está sin aliento. Siempre es excitante ser cortejada: excitante, placentero. -Entonces, deberías compartirla más aún. Palabras suaves, lisonjeras, tan antiguas como la seducción misma. Sin embargo, en ese momento él cree en esas palabras. Ella no es dueña de sí misma. La belleza no es dueña de sí misma. -De los más bellos seres de la creación deseamos más aún -dice-, para que la belleza de la rosa jamás muera. No ha sido una buena iniciativa. La sonrisa de ella pierde su calidad juguetona y móvil. El verso pentámetro, cuya cadencia tan bien sirvió para endulzar las palabras de la serpiente, ahora solo consigue crear un efecto de extrañeza. Ha vuelto a ser el profesor, el hombre libresco, el guardián de los tesoros de la cultura. Ella deja la taza sobre la mesa. "Desgracia" (1999), J. M. Coetzee
"Desgracia" (1999) Frases de "Desgracia" (1999) Frases de J. M. Coetzee