Los economistas verdaderos no hablan de competitividad.
Demagogos y malos economistas presentan verdades a medias. Aluden únicamente a las repercusiones inmediatas de la política a aplicar o de sus consecuencias sobre un solo sector. "La economía en una lección" (1946), Henry Hazlitt
"La economía en una lección" (1946) Frases de "La economía en una lección" (1946) Frases de Henry Hazlitt
Refutemos un extraño sofisma de los economistas que pretenden que el aumento ilimitado de trabajo manufacturero es un acrecentamiento de riqueza; de donde se deduce que si se consiguiese que todos los individuos gastasen anualmente cuatro veces más trajes, el mundo social obtendría una cuádruple riqueza en trabajo manufacturero.
Si solo los economistas predicaran la división permanente y con frecuencia hereditaria, del trabajo, no sería grave. Pero esas ideas se infiltran en los espíritus, los pervierten y de tanto oír hablar de esa división del trabajo, del interés, de la renta, del crédito, etc. Como problemas ya resueltos, todos, incluido el trabajador, terminan por razonar como el economista, por venerar los mismo fetiches.
(..) Vemos a hombres considerados hoy como brillantes economistas condenar el ahorro y propugnar el despilfarro en el ámbito público como medio de salvación económica; y que cuando alguien señala las consecuencias que a la larga traerá tal política, replican petulantes, como lo haría el hijo pródigo ante la paterna admonición: "A la larga, todos muertos". Tan vacías agudezas pasan por ingeniosos epigramas y manifestaciones de madura sabiduría. "La economía en una lección" (1946), Henry Hazlitt
"La economía en una lección" (1946) Frases de "La economía en una lección" (1946) Frases de Henry Hazlitt
El mal economista sólo ve lo que se advierte de un modo inmediato, mientras que el buen economista percibe también más allá. El primero tan sólo contempla las consecuencias directas del plan a aplicar; el segundo no desatiende las indirectas y más lejanas. "La economía en una lección" (1946), Henry Hazlitt
"La economía en una lección" (1946) Frases de "La economía en una lección" (1946) Frases de Henry Hazlitt
En la esfera económica, un acto, una costumbre, una institución, una ley no engendra un solo efecto, sino una serie de ellos. De estos efectos, el primero es sólo el más inmediato; se manifiesta simultáneamente con la causa, se ve. Los otros aparecen sucesivamente, no se ven; bastante es si los prevemos. Toda la diferencia entre un mal y un buen economista es ésta: uno se limita al efecto visible; el otro tiene en cuenta el efecto que se ve y los que hay que prever.
El mal economista persigue un beneficio inmediato que será seguido de un gran mal en el futuro, mientras que el verdadero economista persigue un gran bien para el futuro, aun a riesgo de un pequeño mal presente.
La Meca del economista se encuentra en la biología económica más que en la dinámica.
De repente en todas partes había un economista o "experto" que exponía las virtudes de la desregulación, el Estado mínimo o la baja tributación.
Hay dos tipos de economistas, los que se preocupan de que los ricos tengan más y los que nos preocupamos de que los pobres sean menos pobres.
Contadores y economistas son enemigos naturales. Unos ven árboles, los otros, bosques, y las visiones son por lo general totalmente opuestas.