18 frases de El espectador de Imre Kertész... Conjunto de notas escritas por Kertész entre 1991 y 2001, dónde examina el cambio de régimen político tras la disolución de la URSS, la descorazonadora deriva de Hungría y el papel de intelectual público que le fue imponiendo su creciente fama.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Imre Kertész son: absurdo, genialidad, alimentar la curiosidad, nacionalismo, sensacionalismo, pérdida de la individualidad, democracia.
Frases de Imre Kertész Libros de Imre Kertész
Frases de El espectador Imre Kertész
01. El mundo se ha vuelto ruidoso por tanta explicación.
02. Escribo todo esto como si (en el fondo) me importara.
03. ¿Cuál es mi error? Sin duda el hecho de vivir.
04. Por el momento llevo una vida que no concibo en absoluto.
05. Todo mundo es egocéntrico. Por tanto, todo mundo es un error.
06. Aguardo con curiosidad la muerte. Para ser más exacto: siento curiosidad por si conseguiré morir.
07. Si me quedo sin secreto me quedo sin vida, me convierto en un mamífero invertebrado.
08. Y me embarga la sensación de haber llegado tarde, de pena por el tiempo desperdiciado.
09. El nacionalismo, sin embargo, no es más que la forma efímera del odio y de la destrucción universales.
10. El hombre cree que su vida "tiene sentido" porque es el único ser capaz de concebir el sinsentido de la vida.
11. Curiosamente, en mi caso la idea de la muerte siempre viene acompañada de una sensación casi subitánea de libertad.
12. El pecado más grande, por el que más sufrimos y, para colmo, inútilmente, pues no podemos cambiarlo: el desamor.
13. No existe la palabra que exprese el absurdo de mi existencia, de mi forma de vida, de mi relación conmigo mismo y con los otros.
14. Vivimos en el falso mundo de los fenómenos, ahuyento a quien amo, causo tristeza a la persona cuya felicidad es para mí lo más importante.
15. ¿Qué podría yo pintar hoy? ¿Qué podría pintar hoy un hombre genial? No una tarde de invierno. Tal vez no existan ya las tardes de invierno.
16. No escribo, luego no soy. La democracia intensifica el deseo de muerte. La muerte parece ser la única esperanza de las masas y es en todo caso su único consuelo.
17. La convivencia humana se basa en el acuerdo tácito de no dar a entender que la nuda vida vale más, incluso mucho más, que todos los valores que hasta un momento dado se hayan aceptado.
18. Sólo vale el arte que provoca heridas; si, además, es capaz de parar inmediatamente esas heridas, de intensificar el dolor y de trocarlo con dulce sopor en algo aún más doloroso, aún más inolvidable, entonces estaremos hablando de gran arte.