Una hora ganada al amanecer es un tesoro por la tarde.
Hoy no ha venido nadie y hoy he muerto qué poco en esta tarde.
El futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será tarde.
Tarde se olvida lo que se aprende por mucho tiempo.
No quiere el que tarde quiere.
La batalla de la vida no siempre la gana el hombre más fuerte, o el más ligero, porque tarde o temprano, el hombre que gana es aquel que cree poder hacerlo.
No, nada llega tarde, porque todas las cosas tienen su tiempo justo, como el trigo y las rosas.
Todas las historias terminan mal más tarde o más temprano, se trata de seguir leyendo hasta que llegue algo malísimo que siempre pasa. Las únicas que terminan bien son las fragmentarias.
Sobre la rama seca un cuervo se ha posado; tarde de otoño.
De veras, nunca estoy solo. Tan solo estoy triste cuando tus ojos huyen del sitio en que debimos encontrarnos por la tarde.
Y él dice que tal vez o a lo mejor un día volverá pero que el tiempo apremia y es el tiempo una canción caída aquí en la tarde.
Es sólo que cuando alguien muere, pensamos que ya se ha hecho tarde para cualquier cosa, para todo -más aún para esperarlo-, y nos limitamos a darlo de baja. "Los enamoramientos" (2011), Javier Marías
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