(...) Permanecer en perfecta estabilidad significa en realidad no permanecer. No moverse significa en realidad moverse, no dormir. Esto es como una peonza que gira: se la puede considerar inmóvil, pero se encuentra en plena acción. Solamente puede verse su movimiento cuando parte al comienzo y cuando se detiene al final. De esta manera, la tranquilidad en el movimiento es el secreto del kendo, la Vía de la espada.
Como el Zen no implica un dualismo absoluto entre el gobernante y el gobernado, entre la mente y el cuerpo, lo espiritual y lo material, sus técnicas tienen siempre cierto aspecto "fisiológico". Tanto en la práctica za-zen como en la de cha-no-yu o kendo, el Zen siempre da gran importancia a la manera de respirar. La respiración es no sólo uno de los dos ritmos fundamentales del cuerpo; es también el proceso en el cual el control y la espontaneidad, la acción voluntaria y la involuntaria, alcanzan la más patente identificación. "El camino del Zen" (1957), Alan Watts
Frases de "El camino del Zen" (1957) Frases de Alan Watts
El Maestro Azato no sólo no era superado en todo Okinawa en el arte del karate sino también sobresalía en equitación, en esgrima japonesa (Kendo) y en arquería. Él fue, más bien, un brillante erudito. Fue mi buena suerte que me prestara su atención y que recibiese mi primera instrucción en karate en tan extraordinarias manos.