La tolerancia frente a la intolerancia es el peor de todos los crímenes. Ni siquiera la intolerancia es tan grave.
No es tolerante quien no tolera la intolerancia.
El mundo empieza a reconocer las múltiples causas de conflicto, la base económica de la estabilidad y la verdad sombría de que la intolerancia, la injusticia y la opresión y sus consecuencias no respetan fronteras nacionales.
Divide para reinar.
Dado que las verdaderas virtudes no son más que hábitos, me atrevo a decir que los verdaderos virtuosos son aquellos que las practican sin el menor esfuerzo. Estos no tienen en absoluto la idea de la intolerancia, y para ellos es para quienes he escrito.
Tiendo a ser escéptico, no me gusta los planteamientos dogmáticos de nadie. No me gusta la intolerancia dogmática y las personas que son intolerantes. Es una de las razones por las que mantener distancia de todas las creencias religiosas.
El enemigo no es el fundamentalismo, sino la intolerancia.
Una vez se admita que el individuo es sólo un medio para servir a los fines de una entidad más alta, llamada sociedad o nación, síguense por necesidad la mayoría de aquellos rasgos de los regímenes totalitarios que nos espantan. Desde el punto de vista del colectivismo, la intolerancia y la brutal represión del disentimiento, el completo desprecio de la vida y la felicidad del individuo son consecuencias esenciales e inevitables de aquella premisa básica; y el colectivista puede admitirlo y, a la vez, pretender que su sistema sea superior a uno en que los intereses "egoístas" del individuo puedan obstruir la plena realización de los fines que la sociedad persigue.
Es la tolerancia fuente de paz y la intolerancia fuente de desorden y pelea.
Históricamente, el librepensador se ha identificado con el rechazo de las doctrinas religiosas. Esto es debido a que es la intolerancia ha llegado desde el lado de la religión.
El mayor problema en el mundo de hoy es la intolerancia. Todo el mundo es tan intolerante con los demás.
Gobernaré para todos los argentinos y reclamaré el concurso de cuantos comparten los anhelos del pueblo, cualquiera que sea su militancia política y sin otra condición que su honestidad y su capacidad. Abandono toda tarea partidista y declaro solemnemente que desde la Casa de Gobierno no se hará política de partido. Debemos terminar con el sectarismo y la intolerancia.