01.La artillería no hacía más que meter ruido y vomitar fuego, día y noche."El día de la batalla" (2007), Rick Atkinson
02.Decididos a enterrar al enemigo bajo "apabullantes cantidades de metal", los artilleros calcularon una bomba por cada metro ochenta del frente enemigo."Un ejército al amanecer" (2002), Rick Atkinson
03.El fuego de artillería demostró ser particularmente devastador para las baterías de cañones alemanas, y destruyó con rapidez ochenta y nueve de los noventa y cuatro tubos de un regimiento."El día de la batalla" (2007), Rick Atkinson
04.Los fogonazos de los cañones iluminaban el lugar con una danzarina luz amarilla, y los proyectiles, elevándose a un ritmo de quinientos o seiscientos por minuto, explotaban pocos segundos después en la ladera de enfrente como la florescencia de un campo de tulipanes rojos."Un ejército al amanecer" (2002), Rick Atkinson
05.Al atardecer del martes los comandantes alemanes informaban que durante el día resultaba "prácticamente imposible" cualquier movimiento sin atraer a la baterías aliadas, la artillería naval, las bombas, las ráfagas de mortero o el fuego de los tanques, y a veces los cinco a la vez."El día de la batalla" (2007), Rick Atkinson
06.La cortina de fuego más intensa jamás vista en África dio comienzo con ráfagas de blancas llamaradas a las tres del 6 de mayo. Más de 400 cañones de la Artillería Real dispararon al unísono contra objetivos en la carretera 5, a ocho kilómetros al sur del río Medjerda."Un ejército al amanecer" (2002), Rick Atkinson
07.Las veintisiete presuntas baterías de artillería enemiga que habían sido localizadas por los fogonazos o por el reconocimiento aéreo recibieron una esmerada atención: cada batería hostil fue batida en tres ocasiones con concentraciones de fuego de al menos 32 cañones. El efecto fue "un tejado de bombas...Destruyendo a todo bicho viviente que se moviera"."Un ejército al amanecer" (2002), Rick Atkinson
08.La artillería resonaba por delante, por detrás y a ambos lados y destrozaba toda idea de dirección. Los mojones del camino habían desaparecido en la creciente oscuridad. El muchacho empezó a imaginar que había llegado al centro de la tremenda lucha y no podía ver la manera de salir de ella. De los labios de los hombres que huían surgían mil preguntas enloquecidas, pero nadie daba respuesta alguna.Stephen Crane