01.Los cohetes incendiaron las rocosas praderas, transformaron la piedra en lava, la pradera en carbón, el agua en vapor, la arena y la sílice en un vidrio verde que reflejaba y multiplicaba la invasión, como espejos hechos trizas. Los cohetes vinieron como langostas y se posaron como enjambres envueltos en rosadas flores de humo."Crónicas marcianas" (1950), Ray Bradbury
02.El radar solía detectar los lanzamientos de V-2 desde los Países Bajos, pero las sirenas de alarma resultaron ineficaces, solo las autoridades de transporte tenían un minuto o dos tras la notificación para cerrar las compuertas del metro bajo el Támesis. "Uno simplemente paseaba despreocupado hasta que le caía la bomba", dijo un testigo."Los cañones del atardecer" (2013), Rick Atkinson
03.Somos capaces de enviar aviones supersónicos y cohetes al espacio, de identificar a un criminal a partir de un pelo o de una minúscula partícula de piel, de crear un tomate que se conserva tres semanas en el frigorífico sin una arruga, de guardar en un chip microscópico miles de millones de informaciones. Somos capaces de dejar morir a gente en la calle."No y yo" (2007), Delphine De Vigan
04.Dado que las probabilidades de derribar un V-2 con fuego antiaéreo eran de una entre mil, el engaño tenía que bastar como contramedida. La falsa inteligencia del lugar donde impactaban las Big Ben, proporcionada aquel otoño a los alemanes a través de agentes controlados por la contrainteligencia británica, convenció a los bombarderos de que estaban fallando el blanco y pasaban de largo del centro de Londres. El punto de impacto se desplazó hacia el este, un cambio que al final de la guerra se estimó que había salvado 1300 vidas británicas, 10000 heridos y 23000 casas."Los cañones del atardecer" (2013), Rick Atkinson
05.Como los V-1, los V-2, apodados Big Ben, tuvieron poco impacto militar: según estimaciones oficiales alemanas el esfuerzo invertido por Berlín en las armas V fue más o menos equivalente al dedicado a producir 24000 aviones de caza. Es más, el cohete V-2, cien veces más caro de fabricar que el V-1, resultó menos efectivo que la bomba volante como arma de terror. Una de las razones era sobre todo la inutilidad de defenderse contra un misil que surca los cielos a 5 mach. Puesto que no proporcionaban protección alguna, ni las baterías antiaéreas aliadas ni los escuadrones de cazas se vieron amenazados como había ocurrido durante los ataques de los V-1."Los cañones del atardecer" (2013), Rick Atkinson