La máscara africana, haciendo visible lo invisible, nos es más cercana y fraternal que la reconstrucción posesiva del mundo en el arte clásico, y la música concreta ayudándonos a unirnos o a fundirnos con el universo ambiente, nos es más atractiva que las grandes armonías en las cuales se expresa la dominación sin correspondencia del espíritu humano.
Destacar es el gesto esencial del arte clásico. El pintor "destaca" un rasgo, una sombra, los agranda si es necesario, los invierte y hace de ellos una obra; y aun en el caso en que la obra fuese uniforme, insignificante o natural (un objeto de Duchamp, una superficie monocroma), como está siempre, quiérase que no, situada fuera del contexto físico (una pared, una calle), queda fatalmente consagrada como obra. En esto, el arte es lo opuesto a las ciencias sociológicas, filológicas, políticas, que no se cansan de integrar lo que han distinguido (distinguen para integrar mejor). El arte no sería pues nunca paranoico, sino siempre perverso, fetichista. "Roland Barthes por Roland Barthes" (1975), Roland Barthes
"Roland Barthes por Roland Barthes" (1975) Frases de "Roland Barthes por Roland Barthes" (1975) Frases de Roland Barthes
Volverse "pasado" es volverse "arte". "La conciencia uncida a la carne" (2012), Susan Sontag
Frases de "La conciencia uncida a la carne" (2012) Frases de Susan Sontag
En el mundo del arte clásico, las obras se aprecian en base la ejecución del artista; es decir, la destreza con la que pinta el lienzo o cincela la piedra. En el arte moderno, sin embargo, la valoración se basa más en la idea que en su ejecución. "Origen" (2017), Dan Brown