Las mejores frases de Albert Camus sobre el amor

Para el novelista, filósofo y dramaturgo francés Albert Camus, no saber amar es una desgracia.

En su ensayo "El mito de Sísifo", sugiere que el amor es una forma de buscar la trascendencia y el sentido en la vida , pero que también puede ser una fuente de sufrimiento.

Sus frases reflejan, además, la importancia que tiene la libertad y la autonomía para amar plenamente.

Frases de Albert Camus sobre el amor

01.El hombre tiene dos caras: no puede amar sin amarse.


02.Me gustaría amar a mi país sin dejar de amar a la justicia.Cartas a un amigo alemán


03.La amistad puede convertirse en amor. El amor en amistad... Nunca.


04.¿No puedes imaginar que un hombre llore por algo que no sea el amor?Calígula


05.No ser amados es una simple desventura; la verdadera desgracia es no amar.


06.El hombre es así, querido señor. Tiene dos fases: no puede amar sin amarse.La caída


07.Amar a una persona es aceptar envejecer con ella. No soy capaz de este amor.Calígula


08.Por falta de tiempo y de reflexión, se ve uno obligado amar sin darse cuenta.La peste


09.No hay en el mundo bastante amor para desperdiciarlo en otro que en el ser humano.El hombre rebelde


10.Nada en el mundo merece que se aparte uno de los que ama. Y sin embargo, yo también me aparto sin saber por qué.La peste


11.Este remedio sutil que nos hace amar lo que nos aplasta y que hace que nazca la esperanza en un mundo sin salida.El mito de Sísifo


12.Todos los especialistas de la pasión nos lo dicen: no hay amor eterno si no es contrariado. No hay pasión sin lucha.El mito de Sísifo


13.La maldición inmoral que ha seguido la ha apartado para siempre del amor de Dios. Ser incapaz de perder el honor por Dios es hacerse indigna de su gracia.El mito de Sísifo


14.No nos justifica cualquier amor. Eso es lo que los pierde a ustedes. Y si ya estaban vencidos en sus mayores victorias, qué ¿No será con la derrota que se avecina?Cartas a un amigo alemán


15.Hemos tenido que vencer nuestro amor al hombre, la imagen que nos forjábamos de un destino pacífico, esa honda convicción de que ninguna victoria compensa, en tanto que toda mutilación del hombre es irreversible.Cartas a un amigo alemán


16.Sentía que su madre lo quería y pensaba en él en ese momento. Pero sabía también que querer a alguien no es gran cosa o, más bien, que el amor no es nunca lo suficientemente fuerte para encontrar su propia expresión.La peste


17.Y a decir verdad, a mí, que creía pensar como usted, no se me ocurrían argumentos que oponerle, como no fuera un profundo amor a la justicia que, en definitiva, me parecía tan poco racional como la más súbita de las pasiones.Cartas a un amigo alemán


18.En cuanto a aquellos cuya función es amarnos, quiero decir nuestros padres, nuestros allegados (¡qué expresión! ), la cosa es diferente. Ellos siempre tienen pronta la palabra necesaria, pero más bien es una palabra como una bala.La caída


19.Nuestros criminales ya no son aquellos jovenzuelos desarmados que invocaban la excusa del amor. Por el contrario, son adultos, y su coartada es irrefutable: es la filosofía, que puede servir para todo, hasta para transformar a los criminales en jueces.El hombre rebelde


20.Busqué, pues, en otra parte el amor prometido por los libros, amor que en la vida yo nunca había encontrado. Pero me faltaba entrenamiento. Hacía más de treinta años que me amaba exclusivamente a mí mismo. ¿Cómo esperar que pudiera perder semejante costumbre?La caída


21.¡Qué me importaban la muerte de los otros, el amor de una madre! ¡Qué me importaban su Dios, las vidas que uno elige, los destinos que uno escoge, desde que un único destino debía de escogerme a mí y conmigo a millares de privilegiados que, como él, se decían hermanos míos!El extranjero


22.La sensualidad no es repugnante en sí misma. Seamos indulgentes y hablemos, más bien, de una debilidad, de una especie de incapacidad congénita de ver en el amor otra cosa que lo que se hace en él. Pero, después de todo, esa debilidad era cómoda. Unida a mi facultad de olvido, favorecía a mi libertad.La caída


23.(...) Poca cosa es saber correr al combate cuando lleva uno toda la vida ejercitándose para ello y la carrera le es más consustancial que el pensamiento. Es mucho, por el contrario, avanzar hacia la tortura y la muerte cuando se sabe a ciencia cierta que el odio y la violencia son cosas vanas en sí. Es mucho combatir despreciando la guerra, aceptar el perderlo todo conservando el amor a la felicidad, correr a la destrucción con la idea de una civilización superior.Cartas a un amigo alemán


24.Todo aquel tiempo fue como un largo sueño. La ciudad estaba llena de dormidos despiertos que no escapaban realmente a su suerte sino esas pocas veces en que, por la noche, su herida, en apariencia cerrada, se abría bruscamente. Y despertados por ella con un sobresalto, tanteaban con una especie de distracción sus labios irritados, volviendo a encontrar en un relámpago su sufrimiento, súbitamente rejuvenecido, y, con él, el rostro acongojado de su amor. Por la mañana volvían a la plaga, esto es, a la rutina.La peste


25.El mal que existe en el mundo proviene casi siempre de la ignorancia, y la buena voluntad sin clarividencia puede ocasionar tantos desastres como la maldad. Los hombres son más bien buenos que malos, y, a decir verdad, no es esta la cuestión. Sólo que ignoran, más o menos, y a esto se le llama virtud o vicio, ya que el vicio más desesperado es el vicio de la ignorancia que cree saberlo todo y se autoriza entonces a matar. El alma del que mata es ciega y no hay verdadera bondad ni verdadero amor sin toda la clarividencia posible.La peste


26.Hombres que se creían frívolos en amor, se volvían constantes. Hijos que habían vivido junto a su madre sin mirarla apenas, ponían toda su inquietud y su nostalgia en algún trazo de su rostro que avivaba su recuerdo. Esta separación brutal, sin límites, sin futuro previsible, nos dejaba desconcertados, incapaces de reaccionar contra el recuerdo de esta presencia todavía tan próxima y ya tan lejana que ocupaba ahora nuestros días. (...) Era ciertamente un sentimiento de exilio aquel vacío que llevábamos dentro de nosotros, aquella emoción precisa; el deseo irrazonado de volver hacia atrás o, al contrario, de apresurar la marcha del tiempo, eran dos flechas abrasadoras en la memoria.La peste

Las mejores frases sobre el amor de Albert Camus

Albert Camus

Para realizar esta recopilación se tuvieron en cuenta los siguiente libros: