Frases de Musicofilia: relatos de música y el cerebro

Musicofilia: relatos de música y el cerebro

14 frases de Musicofilia: relatos de música y el cerebro (Musicophilia: tales of music and the brain) de Oliver Sacks... Análisis sobre la música como factor clave para crear la identidad humana, siendo positiva en los tratamientos del Parkinson, el síndrome de Tourette o el síndrome de Williams.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Oliver Sacks son: neurociencia, neurología, divulgación científica, aprender música, casos clínicos, musicoterapia.

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Frases de Musicofilia: relatos de música y el cerebro Oliver Sacks

01. (...) Se obliga a escuchar música cada día, procurando oírla como antes. Todavía conserva el recuerdo, la imaginación de lo que era oír con los dos oídos.


02. La música, única entre todas las artes, es a la vez completamente abstracta y profundamente emocional. No tiene la capacidad de representar nada particular o externo, pero sí una capacidad única para expresar estados o sentimientos interiores. La música puede atravesar el corazón directamente; no precisa mediación.


03. La percepción de la música y las emociones que suscita no dependen exclusivamente de la memoria, y la música no tiene por qué ser conocida para ejercer su poder emocional. He visto pacientes con demencia profunda llorar o estremecerse cuando escuchan una música que nunca han oído, y creo que son capaces de experimentar la misma panoplia de sentimientos que los demás, y considero que la demencia, al menos en esas ocasiones, no es un obstáculo para la profundidad emocional. Una vez has presenciado estas reacciones, sabes que sigue existiendo un yo al que se puede apelar, aun cuando sea la música, y sólo la música, la que consiga llegar a él.


04. Una pieza musical nos atrae, nos habla de su estructura y sus secretos, la escuchemos conscientemente o no. Y ocurre así aun cuando nunca hayamos oído una pieza musical. Escuchar música no es un proceso pasivo, sino intensamente activo, implica una corriente de inferencias, hipótesis, y expectativas y previsiones.


05. Escuchar música no es un fenómeno tan sólo auditivo y emocional, sino también motor: "Escuchamos música con nuestros músculos", escribió Nietzsche. Llevamos el ritmo, de manera involuntaria, aunque no prestemos atención de manera consciente, y nuestra cara y postura reflejan la "narración" de la melodía, y los pensamientos y sensaciones que provoca.


06. Darwin consideraba el ojo como un milagro de la evolución; visto así, el oído es igual de complejo y hermoso. El camino que toman las vibraciones sonoras, desde su entrada en los canales del oído externo, pasando por los tímpanos de cada lado hasta los diminutos huesos, los osículos, hasta la cóclea en forma de caracol, fue ya observado en el siglo XVII. Se sugirió que los sonidos se transmitían por el oído, y que se amplificaban en la cóclea "como un instrumento musical".


07. Todos nosotros (con muy pocas excepciones) podemos percibir la música, los tonos, el timbre, los intervalos, los contornos melódicos, la armonía y (quizás de una manera sobre todo elemental) el ritmo. Integramos todas estas cosas y "construimos" la música en nuestras mentes utilizando muchas partes distintas del cerebro. Y a esta apreciación estructural en gran medida inconsciente de la música se añade una reacción emocional a menudo intensa y profunda.


08. Es la estereofonía lo que permite que los que asisten a conciertos disfruten de toda la complejidad y esplendor acústico de una orquesta o un coro que interpreta en una sala de conciertos diseñada para hacer que la escucha sea todo lo rica, sutil y tridimensional posible, una experiencia que intentamos recrear, lo mejor que podemos, con dos auriculares, o altavoces estéreo, o sonido surround.


09. En el hospital donde yo trabajo y en un gran número de hogares de ancianos, hay muchas personas que tienen alzheimer u otro tipo de demencias. Algunos están confundidos, otros agitados, les hay en un estado letárgico y también que han perdido el lenguaje. Pero todos ellos, sin excepción, responden a la música. Especialmente, a las viejas canciones que alguna vez conocieron. Estas melodías tocan los resortes de la memoria y de las emociones, que de otra manera permanecerían inaccesibles. Este tipo de lucidez puede durar horas después.


10. Los músicos profesionales, en general, poseen lo que casi todos nosotros consideraríamos una capacidad extraordinaria de imagine ría musical. Muchos compositores, de hecho, inicialmente no componen en un instrumento, sino mentalmente. No existe un ejemplo más extraordinario de ello que Beethoven, que siguió componiendo (y cuyas composiciones se elevaron a alturas cada vez más excelsas) años después de haberse quedado sordo. Es posible que su imaginería musical se viera incluso intensificada por la sordera, pues al eliminar la entrada normal de sonidos, el córtex auditivo se volvió quizá hipersensible, y su capacidad de imaginería musical se vio intensificada (a veces incluso con alucinaciones auditivas).


11. Chen, Zatorre y Penhune, en Montreal, han estudiado la capacidad de los seres humanos para llevar el compás, seguir un ritmo, y han utilizado la producción de imágenes cerebrales funcionales para visualizar cómo esto se refleja en el cerebro. No es de extrañar que descubrieran que cuando los sujetos daban golpecitos o hacían otros movimientos de respuesta a la música, se activaban el córtex motor y los sistemas subcorticales de los ganglios basales y el cerebelo. Lo que es más extraordinario es que descubrieran que escuchar música o imaginarla, incluso sin ningún movimiento evidente y sin llevar el compás, también activa el córtex motor y los sistemas subcorticales. De este modo, imaginar la música, el ritmo, puede ser, desde el punto de vista nervioso, tan potente como escucharla.


12. Así como el canto de los pájaros posee una evidente utilidad adaptativa (en el cortejo, en la agresión, en la delimitación del territorio, etc). , su estructura es relativamente fija, y, en gran medida, está integrado en el sistema nervioso aviar (aunque existan unas pocas especies que parezcan improvisar, o cantar dúos). El origen de la música humana resulta menos fácil de comprender. El propio Darwin se sentía evidentemente perplejo, tal como escribió en El origen del hombre: "Como ni el disfrute de la música ni la capacidad para producir notas musicales son facultades que tengan la menor utilidad para el hombre (...) deben catalogarse entre las más misteriosas con las que está dotado". Y en nuestra época Steven Pinker se ha referido a la música llamándola "un pastel de queso auditivo", y se pregunta: " ¿Qué beneficio se puede sacar de dedicar energía a hacer ruiditos de plin plin? (...) Por lo que se refiere a la causa y el efecto biológicos, la música no sirve para nada (...) Podría desaparecer de nuestra especie, y nuestro estilo de vida permanecería prácticamente inalterable".


13. La música forma parte del ser humano, y no existe ninguna cultura en la que no esté enormemente desarrollada y valorada.


14. La música también puede evocar mundos muy distintos de los mundos personales y recordados de hechos, personas y lugares que hemos conocido.

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