Frases de El mundo y sus demonios

El mundo y sus demonios

24 frases de El mundo y sus demonios (The Demon-Haunted World) de Carl Sagan... Libro que trata de explicar el método científico y animar el uso del pensamiento crítico o escéptico. Explica métodos que ayudan a distinguir entre ideas que son consideradas ciencia válida e ideas consideradas pseudociencia.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Carl Sagan son: sufragio universal, expansión del universo, método científico, analfabetismo, influencia de los padres, opinión pública, pseudociencia, crítica del consumismo.

Frases de Carl Sagan Libros de Carl Sagan

Frases de El mundo y sus demonios Carl Sagan

01. Esperamos luz, y he ahí tinieblas.


02. Cuando uno se enamora, quiere contarlo al mundo.


03. Te deseo un mundo libre de demonios y lleno de luz.


04. En un mundo en transición, estudiantes y profesores necesitan enseñarse a sí mismos una habilidad esencial: aprender a aprender.


05. Lo mas esencial no lo aprendí de mis maestros de escuela, ni siquiera de mis profesores de universidad, sino de mis padres.


06. ¿Hasta qué punto podemos confiar en que el poder de dirigir y determinar la opinión pública resida siempre en manos responsables?


07. La cultura comercial está llena de informaciones erróneas y evasivas a expensas del consumidor. No se espera que preguntemos. No piense. Compre.


08. La ciencia, apunta Ann Druyan, siempre nos está susurrando al oído: "Recuerda que eres nuevo en esto. Podrías estar equivoca? Do. Te has equivocado antes".


09. Hay preguntas ingenuas, preguntas tediosas, preguntas mal formuladas, preguntas planteadas con una inadecuada autocrítica. Pero toda pregunta es un clamor por entender el mundo. No hay preguntas estúpidas.


10. Virtualmente, cada gran avance tecnológico en la historia de la especie humana, desde el invento de las herramientas de piedra y la domesticación del fuego, han sido éticamente ambiguos.


11. La recomendación (pagada) de productos, especialmente por parte de expertos reales o supuestos, constituye una avalancha cons¬tante de engaños. Delata su menosprecio por la inteligencia de sus clientes.


12. "Una señal inequívoca del amor a la verdad -escribía John Locke en 1690-, es no mantener ninguna proposición con mayor seguridad de la que garantizan las pruebas en las que se basa".


13. Todos los mamíferos -y muchos animales más- experimentan emociones: miedo, anhelo, dolor, amor, odio, necesidad de guía. Quizá los humanos piensen más en el futuro, pero no hay nada único en nuestras emociones.


14. Mis padres murieron hace años. Yo estaba muy unido a ellos. Todavía los echo terriblemente de menos. Sé que siempre será así. Anhelo creer que su esencia, sus personalidades, lo que tanto amé de ellos, existe -real y verdaderamente- en alguna otra parte.


15. Podemos ser manipulados hasta el más profundo sinsentido por políticos inteligentes. Se nos presenta el tipo de líder correcto y, como los pacientes más sugestionables de los hipnoterapeutas, haremos gustosamente todo lo que él quiera...Hasta cosas que sabemos que son erróneas.


16. (...) De ella he aprendido más de lo que soy capaz de decir. Me reconozco afortunado de haber encontrado una persona a la que admiro por sus consejos y juicio, su sentido del humor y visión valerosa y que es además el amor de mi vida.


17. Cuando me despierto emprendo un breve proceso de lamenta¬ción. Sencillamente, algo dentro de mí se afana por creer en la vida después de la muerte. Y no tiene el más mínimo interés en saber si hay alguna prueba contundente de que exista


18. Los mecanismos de la pobreza, la ignorancia, la desesperanza y la baja autoestima se mezclan para crear una especie de máquina de fracaso perpetuo que va reduciendo los sueños de generación en generación. Todos soportamos el coste de mantenerla funcionando. El analfabetismo es su eje esencial.


19. Dos hombres llegaron a un agüero en el cielo. Uno le pidió al otro que le ayudara a subir... Pero el cielo era tan bonito que el hombre que miraba por encima del margen; lo olvidó todo, olvidó a su compañero al que había prometido ayudar y salió corriendo hacia todo el esplendor del cielo.


20. Una de las lecciones más tristes de la historia es esta: Si se está sometido a un engaño demasiado tiempo, se tiende a rechazar cualquier prueba de que es un engaño. Encontrar la verdad deja de interesarnos. El engaño nos ha engullido. Simplemente es demasiado doloroso reconocer, incluso ante nosotros mismos que hemos caído en el engaño.


21. Los que persiguen el poder a cualquier precio detectan una debilidad social, un temor que pueden aprovechar para llegar al cargo. Puede tratarse de diferencias étnicas, como era entonces el caso, quizá de diferentes cantidades de melanina en la piel; de filosofías o religiones diferentes; o quizá sea el uso de drogas, los delitos violentos, la crisis económica, las oraciones en la escuela o la «profanación» de la bandera.


22. Siempre que afloran los prejuicios étnicos o nacionales, en tiempos de escasez, cuando se desafía el auto estima o vigor nacional, cuando sufrimos por nuestro insignificante papel y significado cósmico o cuando hierve el fanatismo a nuestro alrededor, los hábitos de pensamiento familiares de épocas antiguas toman el control. La llama de la vela parpadea. Tiembla su pequeña fuente de luz. Aumenta la oscuridad. Los demonios empiezan a agitarse.


23. El derecho de libre expresión cuando nadie contradice al gobierno, la libertad de prensa cuando nadie está dispuesto a formular las preguntas importantes, el derecho de reunión cuando no hay protesta, el sufragio universal cuando vota menos de la mitad del electorado, la separación de la Iglesia y el Estado cuando no se repara regularmente el muro que los separa. Por falta de uso, pueden llegar a convertirse en poco más que objetos votivos, pura palabrería patriótica. Los derechos y las libertades o se usan o se pierden.


24. Si no podemos pensar por nosotros mismos, si somos incapaces de cuestionar la autoridad, somos pura masilla en manos de los que ejercen el poder. Pero si los ciudadanos reciben una adecuación y forman sus propias opiniones, los que están en el poder trabajan para nosotros. En todos los países se debería enseñar a los niños el método científico y las razones para la existencia de una Declaración de Derechos. Con ello se adquiere cierta decencia, humildad y espíritu de comunidad. En este mundo poseído por demonios que habitamos en virtud de seres humanos, quizá sea eso lo único que nos aisla de la oscuridad que nos rodea.

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