37 frases de El lector del tren de las 6.27 (Le liseur du 6h27) de Jean-Paul Didierlaurent... El trabajo de Guibrando Viñol consiste en destruir lo que más ama: tritura los libros que ya nadie quiere leer. Cada mañana lee las páginas que sobrevivieron... Hasta que una pieza de literatura le cambiará la vida.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Jean-Paul Didierlaurent son: libros sobre libros, amor propio, soledad, amistad, placer de leer, muerte, verdadero amor.
Frases de Jean-Paul Didierlaurent Libros de Jean-Paul Didierlaurent
Frases de El lector del tren de las 6.27 Jean-Paul Didierlaurent
01. Aunque podamos pensarlo, nada es inamovible en la vida.
02. (...) Aplicar ese principio, consistente en no abandonar jamás una frase en mitad de la lectura, cualquiera que fuese la causa o la razón.
03. La fosa exhalaba tufos de papel enmohecido. La Cosa tenía hambre.
04. Fundirse con el paisaje hasta negarse a sí mismo y limitarse a ser un lugar ajeno nunca visitado...
05. ¡El buñuelo es a la pastelería lo que el minimalismo es a la pintura!
06. La Cosa había nacido para triturar, aplastar, machacar, despachurrar, destrozar, picar, desgarrar, despedazar, amasar, deformar y escaldar.
07. El breve chaparrón de medianoche había embellecido todas las cosas con el barniz de la lluvia.
08. (...) Podía estar muchos minutos sin decir ni una palabra, absorto en sus lecturas. Sus silencios eran pletóricos.
09. A sus cincuenta y nueve años, el teatro clásico era el único amor verdadero de su vida.
10. Así actúa la muerte, pensó, a veces le basta con poner una banderilla y seguir luego con otras ocupaciones.
11. Un verdugo debía permanecer impasible y no mostrar sus sentimientos, este había sido siempre su punto de vista.
12. El silencio que reinaba en la sala no tenía nada de incómodo. Era el tiempo de una digestión ligera.
13. Era la mirada de alguien en plena conmoción, alguien que acababa de ver su amor propio manchado de su propia mierda.
14. Los diez minutos de camino a oscuras y el frío glacial que se había abatido sobre la ciudad no bastarían para despejarlo.
15. Él era el lector, el que traía las hermosas palabras.
16. La frágil escribanía había desaparecido bajo varias pilas de documentos. El ordenador y la impresora estaban puestos en el suelo para liberar espacio.
17. Chaval, no olvides nunca que esto es a la edición lo que el agujero del culo es a la digestión, ni más ni menos.
18. No hay que perder el hilo del Verbo, chaval. Hay que seguirlo hasta que acabe, deslizarse por todo el parlamento hasta que el punto final te libere.
19. Al cabo de los años, los otros usuarios habían terminado por darle muestras de ese género de respeto indulgente que se dispensa a los pobres chalados.
20. Se puede esperar todo de los estreñidos, incluso nada. Y luego añade, en general: Son a los lavabos lo que los mudos a la canción, y viceversa.
21. Dentro del amplio vestíbulo, los menos animosos acababan de apoltronarse sobre ellos mismos, indiferentes a la agitación ambiental. Seres cuyo destino era esperar una despedida a la que se negaban.
22. Con el tiempo, el trasportín había acabado por formar parte del ritual. El acto de bajar la base de la silla tenía algo de simbólico que le reconfortaba.
23. En el trayecto de vuelta, sin embargo, Guibrando no leía...Cerraba los ojos y dejaba que poco a poco la vida lo habitara mientras el vagón mecía su cuerpo fatigado.
24. Con el tiempo, he aprendido a escribir sin que lo parezca...Voy avanzando tecla a tecla. No pasa ni un día sin que haya escrito algo. No hacerlo sería como no haber vivido ese día.