19. El mar le parecía una de las cosas más maravillosas que había visto hasta entonces. Era grande y profundo, mucho más de lo que hubiera podido imaginar. Cambiaba de color, de forma, de expresión según la hora, el tiempo y el lugar.
20. Todos los demás se saltan a la torera las cosas tontas, obvias, y avanzan demasiado rápido. Yo no. Es a las cosas más tontas a las que dedico más tiempo. Porque sé que cuanto más tiempo se les dedica, mejor va todo luego.
21. Debía de haber, por tanto, una diferencia, grande y definitiva, entre aquellos dos mundos. Tenía que haberla. Pero él fue incapaz de descubrirla. A él le parecía que el mundo era el mismo de siempre. Lo que le dejaba perplejo era esa insensibilidad desconocida que había en su interior.
22. (...) Por supuesto, un día u otro tendré que encontrar un trabajo. Está más claro que el agua. No puedo estarme toda la vida así, de brazos cruzados. Más pronto o más tarde encontraré un trabajo. Pero ahora, si te digo la verdad, no sé muy bien qué me gustaría hacer.
23. El odio es una sombra negra y alargada. En muchos casos, ni siquiera quien lo siente sabe de dónde le viene. Es un arma de doble filo. Al tiempo que herimos al contrincante, nos herimos a nosotros mismos. Cuanto más grave es la herida que le infligimos, más grave es la nuestra. Puede llegar a ser fatal. Pero no es fácil librarse de él.
24. ¿Por qué tenía que arriesgar mi vida peleando por aquel territorio inmenso donde sólo había insectos e hirsutos hierbajos polvorientos, por aquel pedazo de tierra estéril que apenas tenía valor militar o económico? No podía entenderlo. Para proteger mi patria perdería la vida luchando. Pero era una completa idiotez perder la vida, la única vida, por aquella tierra yerma que no daba ni un grano de cereal.
25. ¿Por qué me gustan las medusas? No lo sé. Las encuentro bonitas. Antes, mientras las miraba, he pensado una cosa. Escucha, lo que nosotros vemos es sólo una pequeña parte del mundo. Damos por hecho que esto es el mundo, pero no es del todo cierto. El verdadero mundo está en un lugar más oscuro, más profundo, y en su mayor parte lo ocupan criaturas como las medusas. Eso nosotros lo olvidamos. ¿No te parece? Dos terceras partes del planeta son océanos y lo que nosotros podemos ver con nuestros ojos no pasa de ser la superficie del mar, la piel. De lo que verdaderamente hay debajo no sabemos nada.