Frases de Cartas a Milena

Cartas a Milena

30 frases de Cartas a Milena (Briefe an Milena) de Franz Kafka... Obra que reúne la correspondencia que Kafka le dirigió a Milena Jesenska, entre 1920 y 1922. Las cartas no sólo nos muestran la transición de una amistad en un amor, sino que revela también la sensibilidad e intimidad emocional del autor checo.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Franz Kafka son: autobiografía, cartas, correspondencia, enamorarse, amor a la distancia, sensibilidad, verdadera felicidad, alegría de vivir, amar con locura, fuerza de la pasión.

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Frases de Cartas a Milena Franz Kafka

01. A pesar de todo, escribir hace bien.


02. Es incomprensible que uno pueda vivir lejos de ti.


03. La mentira es espantosa, no existe peor tortura espiritual.


04. Nada me ha sido dado, todo tiene que ser conquistado.


05. Una vez más, una sola vez más, quiero escuchar tu nombre.


06. Tienes la posibilidad no sólo de tenerme cariño, sino de ser mía.


07. ¿Qué puedo hacer si el miedo por mi amor late en mi cuerpo en lugar del corazón?


08. Ahora he perdido hasta el nombre; se fue abreviando cada vez más y ahora sólo es: tuyo.


09. Todo lo ajeno es ajeno. ¡Injusto! ¡Injusto! Pero los labios balbucean y mi rostro se hunde en tu regazo.


10. El día es tan corto. Transcurre y termina con usted y fuera de usted sólo hay unas pocas nimiedades.


11. Siempre quieres saber, Milena, si te quiero. Pero es una pregunta difícil a la cual no se puede responder por carta.


12. Uno siente que casi ha llegado al final y es casi imposible describir cómo se llega a salvar uno a pesar de todo.


13. El hombre no aguanta mucho si su corazón no late ¿Y cómo ha de latir mi corazón mientras tú te mantienes apartada?


14. Milena, no soy celoso. Una de dos: o el mundo es minúsculo, o nosotros somos gigantescos; porque lo cierto es que lo colmamos por completo.


15. Por alguna razón no puedo escribir sobre nada que no sea lo que nos concierne a nosotros, únicamente a nosotros, en medio del torbellino del mundo.


16. Por lo visto sólo tenemos un ferviente deseo en común: que estés aquí y que tu rostro permanezca lo más cerca posible de mí.


17. Estoy cansado, no sé nada y no deseo otra cosa que hundir mi rostro en tu regazo, sentir tu mano sobre mi cabeza y permanecer así por toda la eternidad.


18. Sobre eso de llevar el equipaje no diré nada, porque no lo puedo creer y si lo creo, no lo puedo imaginar, y si me lo imagino, te veo tan linda.


19. Praga está bastante sombría. No ha llegado ninguna carta. El corazón está un poco oprimido. Es imposible que llegue una carta ya, pero cómo explicárselo al corazón.


20. No me despido. No es una despedida, a no ser que la fuerza de gravedad, que acecha, me arrastre definitivamente. ¿Pero cómo podría hacerlo mientras tú estés con vida?


21. Es un golpe porque me quitará tiempo y yo necesito todo el tiempo y mil veces más, con preferencia todo el tiempo que exista, para pensar en ti, para respirar en ti.


22. A veces me parece que en lugar de vivir juntos, tendríamos que acostarnos, mansos y conforme eso, la idea fundamental, la idea subyacente es ésta: nunca más me alejaré tanto de ti.


23. En la oficina no pude escribir porque quería trabajar, y no pude trabajar porque pensaba en nosotros. He estado dos horas tendido en el sofá sin hacer otra cosa que pensar en ti.


24. No puedo recorrer por mis propios medios el camino que quiero recorrer; más aún: ni siquiera puedo desear hacerlo. Sólo puedo quedarme quieto; no puedo desear otra cosa y no la deseo.


25. Pienso a veces que si es cierto que se muere de felicidad, eso tiene que ocurrirme a mí. Y si un ser destinado a morir puede prolongar su vida gracias a la felicidad, yo seguiré viviendo.


26. No sé cómo abarcar la dicha de tenerte aquí, la dicha de que me pertenezcas. Y, sin embargo, no te amo a ti. Es más lo que amo: amo la existencia que tú me otorgas.


27. Veo los movimientos de su cuerpo, de sus manos, tan decididos. Es casi un encuentro. Pero cuando quiero elevar los ojos hasta su rostro, en el curso de la carta -¡qué historia! - estalla el fuego y no veo más que fuego.


28. ¿Y cómo es posible que yo me aleje volando si estamos tomados de la mano? Y si ambos nos alejáramos volando ¿Qué pasaría? Aparte de eso, la idea fundamental, la idea subyacente es ésta: nunca más me alejaré tanto de ti.


29. No sé qué escribir, me limito a vagar entre las líneas, a la luz de sus ojos, en el aliento de su boca, como en un bello día de felicidad, que seguirá siendo bello y feliz aun cuando el cerebro esté enfermo y cansado.


30. ¡Ay, Milena, si usted estuviera aquí, y tú, pobre cerebro incapaz de pensar! Y, sin embargo, mentiría si dijera que la extraño. Es el hechizo más perfecto y más doloroso. Usted está aquí, igual que yo y con mayor intensidad aún; allí donde yo estoy, está usted, como yo y más intensamente aún.

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