El olor a sudor de los soldados -aquel olor como el de la brisa marina, como el del aire de la playa quemada por el sol hasta dejarla de oro- me intoxicaba al penetrar en mi olfato. Probablemente es mi primer olor en el recuerdo. No hace falta decir que en aquellos tiempos el olor no podía tener relación directa alguna con sensaciones de orden sexual pero poco a poco y de manera constante y tenaz, despertó en mí un sensual deseo de realidades como el destino de los soldados, la trágica naturaleza de su misión, los lejanos países que verían, las maneras en que morirían... "Confesiones de una máscara" (1948), Yukio Mishima
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Siempre me ha perseguido algo. A medianoche me despierto sobresaltada, anegada en sudor. Son ellas. Las cosas que abandoné y que me persiguen. Tú no eres el único acosado. No eres el único que ha abandonado algo, que ha perdido algo. "Al sur de la frontera, al oeste del sol" (1992), Haruki Murakami
"Al sur de la frontera, al oeste del sol" (1992) Frases de "Al sur de la frontera, al oeste del sol" (1992) Frases de Haruki Murakami
Los cuatro muchachos se alejan juntos, se sacuden las ropas, son como muñecos de barro aún sin cocer, pardos, con la cara cubierta por regueros de sudor, parecen payasos, y dispensen, porque no hay precisamente ganas de reír. "Levantado del suelo" (1980), José Saramago
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