Después de pasar a la vista de todos, detuvo el carro de guerra delante del centro de la falange, envió a Pigres, el intérprete, a los generales griegos y ordenó que adelantaran sus armas y que toda la falange atacara. Ellos dieron estas órdenes a los soldados, y cuando sonó la trompeta, poniendo por delante las armas, iniciaron el avance. Pronto, al avanzar con mayor rapidez y con griterío, se produjo espontáneamente en los soldados una carrera hacia las tiendas, y hubo un gran espanto entre los bárbaros; la cilicia huyó en el carruaje cubierto y los del mercado, abandonando las mercancías, huyeron.
Tienes que saber que el soldado es el más santo de todos los humanos, porque es el que más pruebas tiene que pasar, más que todos. "Al este del Edén" (1952), John Steinbeck
"Al este del Edén" (1952) Frases de "Al este del Edén" (1952) Frases de John Steinbeck
¡Quiero decirte tantas cosas! Pero las he olvidado casi todas. Quiero decirte que un soldado renuncia a mucho para recibir algo. Desde el día de su nacimiento, cada circunstancia, cada ley y orden y derecho enseñan al hombre a proteger su propia vida. Desde su más tierna edad está dotado de este gran instinto, y la vida no hace sino confirmarlo. Pero luego se convierte en un soldado, y debe aprender a violar todas estas enseñanzas, debe aprender fríamente a ponerse en situación de perder su propia vida sin volverse loco. Y si eres capaz de hacerlo (muchos, fíjate bien, no pueden), entonces poseerás el mayor don de todos. "Al este del Edén" (1952), John Steinbeck
"Al este del Edén" (1952) Frases de "Al este del Edén" (1952) Frases de John Steinbeck
Hideyoshi, que ahora era comandante del castillo de Yokoyama, había pasado el verano en las frías montañas al norte de Omi. Dicen los soldados que, para un luchador, la inactividad es más dura que el campo de batalla. La disciplina no puede descuidarse ni un solo día
Y era como si el destino hubiera traicionado al soldado. Una vez muerto, descubría a sus enemigos la pobreza que durante su vida él había, quizá, ocultado a sus amigos.
Al contrario de lo que me ocurre con muchos políticos actuales, a quienes me resulta imposible respetar, yo respeto a los soldados, porque ellos son conscientes de las consecuencias de lo que hacen.
Estaban todos discutiendo sobre la guerra, sobre cuál sería el próximo paso de Thu, cuál el próximo paso de A-Io, cuál el del CGM. - ¿Por qué sólo hablan en abstracto? -inquirió intempestivamente, preguntándose mientras hablaba por qué estaba hablando, cuando había resuelto no hacerlo-. No sólo nombres de países, son gentes que se están matando, unos a otros. ¿Por qué van los soldados? ¿Por qué un hombre va a matar a desconocidos? -Pero si los soldados están para eso -dijo una mujercita rubia con un ópalo en el ombligo. "Los desposeídos" (1974), Ursula K Le Guin
"Los desposeídos" (1974) Frases de "Los desposeídos" (1974) Frases de Ursula K Le Guin
Los futuros soldados le miran fijos, parecen sentir sus palabras, y en algunos de los ojos de aquellos curtidos rostros se ve brillar la emoción; pero aún es tiempo, con una sola palabra pueden volver a sus puntos de origen; les basta con decir al médico que les duele la garganta, cuando les pasen el último y definitivo reconocimiento. No es necesario; en forma solemne y con las gorras y sombreros en alto, juran morir por la Legión.
Hay momentos cuando un soldado debe tomar una vida, incluso cuando no entiende porque... Las ordenes pueden no tener sentido, así es cuando eres soldado.
¡El viejo soldado que va a la guerra cae por tierra, cae por tierra!
Frases de Valerio Massimo Manfredi
Es mejor bromear que dejarse vencer por el desaliento. A partir de ahora solo podemos contar con nosotros mismos. Hemos de sobrevivir, soldados; al precio que sea tenemos que sobrevivir. Nuestro único objetivo por el momento es este. Ninguno de nosotros quedará a su suerte; cada uno contará con la ayuda de todos los demás. Unidos podremos conseguirlo, creedme.
Frases de Valerio Massimo Manfredi
Allí de pie, acorralado, incapaz de avanzar o retroceder, tosiendo a causa del humo que desprendían las diversas hogueras, reflexionó en su convicción de que marineros y soldados pertenecían a especies distintas. "Quizás lo sean -pensó-. Aunque el hecho de beber en grandes cantidades pueda reducir las diferencias a un estado menos evidente". "Azul en la mesana" (1999), Patrick O'Brian
Frases de "Azul en la mesana" (1999) Frases de Patrick O'Brian