Todo lo creó suavemente a martillazos de soplidos y taladrazos de amor, las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días por las que me levanto orgullosa todas las mañanas y bendigo mi sexo.
Como consideraba que había nacido para el bello sexo, lo he amado siempre y me he hecho amar por él cuanto he podido.
No existe el sexo... Sólo lo que hacemos con él.
Creo que nuestra condición (de seres sexuados) es nuestra motivación (para ponerla en práctica). Practicamos el sexo porque somos sexo.
El sexo sólo tiene límites para quien se los pone y finalidad para el que se la impone.
El sexo es un mal animal de carga. Mientras más obligaciones, sugerencias, objetivos y consejos se le imponen, más se encabrita.
La interacción sexual es una fraternidad de egoístas. El sexo, por su parte, es una lección egoísta.
Estamos en el sexo, belleza pura, corazón solo y limpio. "Otros Poemas Sueltos" (1994), Jaime Sabines
Frases de "Otros Poemas Sueltos" (1994) Frases de Jaime Sabines
La mujer no es nada más que lo que el hombre decide que sea; así, se le llama "el sexo" queriendo decir con ello que aparece esencialmente ante el hombre como un ser sexuado: para él, ella es sexo, y lo es de un modo absoluto. Se determina y se diferencia en relación al hombre y no en relación a lo que ella misma es; ella es lo inesencial frente a lo esencial. Él es el sujeto, el absoluto: ella es "lo otro".
No son los dos sexos superiores o inferiores el uno al otro. Son, simplemente, distintos.
Ella es el ornamento de su sexo.
La mente no tiene sexo.